SANTOS GUERRA

Se buscan docentes 'salmones' y 'manzanas' para resolver los problemas de Ceuta desde las escuelas

Se buscan docentes 'salmones' y 'manzanas' para resolver los problemas de Ceuta desde las escuelas
santos guerra
Santos Guerra, este miércoles, en la Dirección Provincial de Educación.

En las escuelas y en sus aulas hacen falta salmones y manzanas. Ejemplares y optimistas. Docentes dispuestos a educar "a contracorriente" del contexto neoliberal. Y equipos directivos que ayuden a "crecer" y a "madurar" a la comunidad de sus centros. No para obtener mejores calificaciones en PISA, o no solo, sino para desafíos mucho más elevados como formar personas "felices, inteligentes y solidarias".

Porque "la solución a los problemas de Ceuta, a largo plazo, profundamente planteados", ha advertido este miércoles el catedrático emérito de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga (UMA) Miguel Ángel Sántos Guerra, "no está ni en los despachos ministeriales ni en los cuarteles ni en las iglesias ni en las industrias ni en las multinacionales: está en las escuelas y en la Educación entendida como algo más que la mera acumulación de conocimientos porque supone la transformación de los individuos y, a través de ellos, de la sociedad”.

La Dirección Provincial del Ministerio de Educación le invitó esta semana a, durante dos días, participar en un curso sobre cultura evaluativa y en un encuentro con equipos directivos sobre liderazgo educativo. Antes de hacer las maletas ha comparecido junto a Javier Martínez, otro de los que le consideran un referente ineludible de la reflexión educativa, para exponer algunos principios de la Pedagogía Crítica que abandera, una corriente que se desmarca de la “domesticación” del alumnado y que aboga por formar personas “que no se dejan engañar, que son capaces de discernir contenidos rigurosos y tamprosos en el mundo digital y que son solidarias”.

Para conseguirlo con éxito, claro, ha advertido, no bastan los maestros. “La escuela es el epicentro de los procesos de Educación”, ha precisado, “pero también las familias son contexto educativo. Y la sociedad. Y los medios. También son una escuela de aprendizajes. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño porque si lo que hace la escuela lo deshace la familia, si unos van en una dirección y otros en la contraria, nunca progresaremos”.

"Si la docente es la tarea más importante que hace el ser humano, trabajar con la mente y el corazón de los niños, deberían hacerlo los más sensibles y valiosos de una sociedad, no quienes no valgan para otra cosa”

A todos incumbe ser modelos, para bien, de hacer lo que se dice. "No hay”, ha advertido, “forma más bella y eficaz de autoridad que el ejemplo”. Para Santos Guerra si en estos días “hablamos mucho de ética y de valores” es “porque no se cumplen, no se practican, pues de otra forma se aprenderían por ósmosis. Si fuésemos ejemplares en la familia, en la política, en la escuela... Los niños lo aprenderían casi sin darse cuenta, de forma automática, por eso insisto tanto en la necesidad de que seamos un ejemplo que puedan imitar los niños y jóvenes”.

Además, a la luz de su larga experiencia (tiene cerca de 80 años y se hizo profesor a los 19), el docente practica "una profesión intrínsecamente optimista". Tal rasgo "es consustancial, como mojarse para el que va a nadar, porque la educabilidad se rompe cuando pensamos que el otro no puede aprender o que nosotros no podemos ayudarle a conseguirlo: ahí se truncan todas las posibilidades de aprendizaje y mejora”.

santos guerra javier martínez

Para el pedagogo “educar es enseñar a pensar y a convivir desarrollando solidaridad para construir una sociedad en la que quepamos todos, no solo los privilegiados”, y la Educación debe erigirse en “el motor de la democracia” y en “la mejor arma transformadora de una sociedad”, resaltó parafraseando al presidente de la II República Alcalá-Zamora y a Nelson Mandela.

Para maestros, "los más sensibles y valiosos de una sociedad"

“En ese empeño debemos estar todos, principalmente los docentes, con los que habría que hacer un ejercicio de reflexión profunda porque si su tarea es la más importante que hace el ser humano, trabajar con la mente y el corazón de los niños, deberían hacerlo los más sensibles y valiosos de una sociedad, no quienes no valgan para otra cosa”, ha cuestionado los actuales métodos de selección.

A sus ojos “cómo se elige para esta tarea es muy importante, como también lo es cómo se les forma y cómo se les trata cuando la desarrollan como piedra angular de la calidad del sistema educativo”, ha subrayado convencido de que para dirigir un centro hay que ser manzana. “Si metes una en una bolsa con frutas verdes, estas maduran por la influencia beneficiosa, humilde y persistente de las feromonas de la primera. En una escuela”, comparó, “tiene autoridad y liderazgo quien ayuda a crecer, a madurar, a la comunidad, porque quien aplasta, humilla, silencia, machaca o desalienta tendrá poder, pero no autoridad”.

Los docentes también deben ser, opina, salmones, sobre todo en un contexto neoliberal “que contradice casi todos los presupuestos de la Educación, que prima el individualismo, cada uno a lo suyo y relativismo moral: todo vale por el poder, el dinero y la fama”. “La escuela como institución que, a mi juicio, educa, es la que va contra todos esos valores. Tiene que ser contrahegemónica y sus profesionales, también. Ir contra la corriente. Es más fácil dejarse llevar, pero solo a los peces muertos los arrastra la corriente. Si bajan muchos muertos”, ha concluido, “es otro motivo para seguir contra ella sorteando esos cadáveres”.

Se buscan docentes 'salmones' y 'manzanas' para resolver los problemas de Ceuta desde las escuelas


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