¡Qué bonito mi Cristo, José! Todos los años vengo a verlo salir y todos los años me emociono.
Sí, Juan, sí que es precioso. Yo es que tengo un mal cuerpo con el tema del atentado en Bruselas, Juan.

Esos son unos asesinos, José, no merecen la pena. Ojalá los mataran a todos ¡Ole mi Cristo! Lo que te decía José, esos musulmanes son todos unos terroristas.

Pero Juan, si yo he visto en la tele que esa gente a los que más han matado ha sido a los propios musulmanes.

¡Venga ya, José! Seguro que lo has visto en La Sexta. Además aunque fuese verdad ¡qué más me da a mí que se maten entre ellos! ¡Ole mi Cristo!

Pero eso es poco cristiano, ¿no Juan?

Ojú, José, ¿qué te pasa picha? Lo que yo te diga, el mejor con la cabeza corta. ¡Mira, mira cómo lo mecen!

Es que también he leído Juan, que los países europeos le han comprado petróleo a los asesinos esos porque lo vendían más barato.

¡José!, ¿te ha dado por pensar hoy, picha? ¡Y eso que más dará! Si lo venden más barato se lo compramos y ya está, la pasta es la pasta.

Entonces, Juan, ¿también da igual que les hayamos vendidos armas a los mismos que ahora matan?

Calla, José, calla, una saeta. Ojú, se me saltan las lágrimas ¡cosa más bonita, por Dios! ¡Guapo!

Po ná, José, lo que yo te diga: esto lo solucionaba yo en dos días. Aquí no entraba ni Dios.

Eso es verdad, Juan, con lo del acuerdo de Turquía y la UE, ahora mismo a Jesús no lo dejaríamos pasar para Europa. A mí es que me dan mucha pena esos niños muertos en el mar y pasando frío y hambre, se me rompe el alma.

Ojú, José, qué sensible, ¡que les den a todos hombre! ¿Yo voy a su país acaso a molestarlos? ¡Que se queden en su país, joder!

Pero Juan, si precisamente están huyendo de los asesinos estos de Bruselas.

¡Y a mí qué, José! ¡Ole, ole mi Cristo, guapo! Mira José, mientras que se maten entre ellos, a mí plin.

Pero Juan, eso es poco cristiano, ¿no?

¡Anda ya, José! ¡Ole y ole!

No sé Juan, yo pensaba que a Dios le duele cualquier muerte.

Que no, José, que no, créeme, estos no tienen solución.

Oye Juan, ¿y tu hijo? ¡Anda hombre! Ese me ha salido raro. ¿Sabes que ha hecho ahora, José?

No, Juan.

Pues como dice que no le gusta la Semana Santa ni estas tonterías se ha ido dos semanas de voluntario a los campos de refugiados para ayudar a los sirios estos. ¡Estará majara este niño! ¡Ole, ole mi Cristo!

Po na, que este niño mío no tiene solución. Hace años le dio por ayudar en la protectora de animales, después por ayudar a los negritos y ahora a los del campo de refugiados. Le rezaré a Dios pa que lo tenga en su gloria porque por el camino que va este acaba en el infierno.

¡Qué poco se parece a mí! ¡Ole, ole mi Cristo!