Claudio Domínguez Buj

En Ceuta llevamos una semana de lucha contra el COVID-19. Desde su aparición en España, hemos asistido a una sucesión de reproches, personalismos e intereses más o menos espurios y mezquinos que, tristemente, no sirven para nada y en ocasiones, exclusivamente valen para dañar la imagen de Instituciones.

Desde este lado del Estrecho, de momento, nos estamos librando de lo peor de esta crisis sanitaria, confiemos que continúe y no tengamos que lamentar ninguna víctima mortal y que los afectados se recuperen con prontitud.

Este confinamiento en el hogar, da más tiempo a la  reflexión, lo que me ha llevado a pensar sobre el papel de nuestros militares en la lucha contra esta pandemia que nos azota. A muchos puede extrañar verlos por las calles, a otros, incluso les puede hasta molestar, pero lo que si que es indudable, es que en cualquier país de nuestro entorno, no hay mas que dirigr la mirada hacia Italia, para ver como algo normal el hecho que las Fuerzas Armadas desempeñen uno de los papeles que la Constitución les otorga, “la Defensa de la Seguridad Nacional”, independientemente del tamaño (microscópico o no) del enemigo.

En España, tenemos la suerte de que impere la libertad de expresión, muy recurrida últimamente, con mayor o menor acierto, por alguno de nuestros políticos. Resulta que estos últimos días y bajo ese manto, han aparecido en nuestra prensa local un sin fin de críticas a la actuación de nuestro militares que me llaman poderosamente la atención. Que si no tienen mascarillas, que si no van con guantes, que si no guardan la distancia recomendada, que si hacen cursos… y tras las aclaraciones pertinentes dadas por la propia Comandancia General a través de notas de prensa, más de lo mismo, que si van por libre, que si no les importa la salud de sus militares, etc.

No hay que buscar mucho para leer lo que manifiestan los técnicos verdaderamente especializados en la materia de nuestro Ministerio de Sanidad sobre el tema de quién debe llevar esos elementos, resultando que es el que se encuentra enfermo y el personal sanitario, recomendando, eso si, no parar de lavarse las manos y extremar la higiene en todas sus facetas.

No descarto que las mismas fuentes (amparadas en cobarde anonimato) que algunos informadores dan por buenas y difunden de forma mezquina, sean las mismas que, desoyendo las recomendaciones de sus mandos, utilizasen irresponsablemente su derecho constitucional de libertad de movimientos, que ninguna autoridad militar o civil puede conculcar, para viajar a la Península el Viernes 13 antes del Decreto de Estado de Alarma

No nos distraigamos del tema, el papel del Ejército en Ceuta, nuestra ciudad. Desde este miércoles se les ha visto realizando labores de patrulla y aviso a los despistados o a los que se hacían pasar por tales, el hecho innegable es que estamos en Estado de Alarma. También, entre otras misiones, apoyando con sus medios para que los MENA,s. y demás transfronterizos se les confine, como a todos nosotros, en un lugar por motivos de salud pública.

Habrá que aceptar que existe personal militar que se pone en contacto con algún medio y le cuenta su historia, al igual que utiliza las redes sociales con igual fin. Y cada uno, cuando cuenta su historia es eso, “su historia”. Ahora toca por parte del informador o el propio lector verificar si esa historia está contrastada, si el que me la cuenta es fiable, si se ha enterado bien en su acuartelamiento de los procedimientos a seguir cuando se les ha explicado por sus mandos, etc..  Por qué creer estas informaciones y por contra que se tilde por algún colaborador de “mentira alevosa” la nota de prensa facilitada por la Comandancia General sobre las normas adoptadas y la actuación de sus integrantes en este Estado de Alarma. No descarto que las mismas fuentes (amparadas en cobarde anonimato) que algunos informadores dan por buenas y difunden de forma mezquina, sean las mismas que, desoyendo las recomendaciones de sus mandos, utilizasen irresponsablemente su derecho constitucional de libertad de movimientos, que ninguna autoridad militar o civil puede conculcar, para viajar a la Península el Viernes 13 antes del Decreto de Estado de Alarma.

Quizás venga a cuento la historia de hace años, protagonizada por un legionario que durante una estancia en Marruecos, se le extravió su pasaporte y ante la disyuntiva de tener que cruzar la frontera, lo que hizo fue agenciarse un traje de neopreno,  aletas y trasladarse a Ceuta nadando. Ese es el espíritu.

Que el sábado 14 por la noche se decreta el Estado de Alarma, ¡verdad!, pero el que estaba fuera, ya está en la Península y además legalmente. ¿Que debe hacer un militar? Se reincorpora con urgencia a su destino, como es su deber. Quizás venga a cuento la historia de hace años, protagonizada por un legionario que durante una estancia en Marruecos, se le extravió su pasaporte y ante la disyuntiva de tener que cruzar la frontera, lo que hizo fue agenciarse un traje de neopreno,  aletas y trasladarse a Ceuta nadando. Ese es el espíritu.

Estamos hablando de resolución de crisis, de procedimientos, implicando a equipos interdisciplinares, que sin lugar a duda, tienen su indudable preparación. Dejemos que todos hagan su trabajo de la mejor manera posible y tengamos la confianza en que por parte de los mandos militares se seguirán dando las directrices necesarias para que el mayor valor del Ejército que es indudablemente su personal, actúe con las más altas cotas de eficacia y seguridad para la mejor y más rápida resolución de esta crisis en beneficio de todos los habitantes de Ceuta.

En el diccionario español no existe la palabra “Rendirse” , así que olvidemos esas rencillas, esos reproches interesados que nos separan y todos juntos, sanitarios, personal auxiliar, comerciantes, informadores, trasportistas, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, militares y tantos y tantos españoles que en su día a día dan lo mejor que tienen por y para el bien de España, sigamos unidos  y trabajemos para el bien común. Así, ¡Venceremos!