CASO DE RABIA

La Ciudad niega sacrificios de perros por error y culpa a la Protectora del brote

La Ciudad niega sacrificios de perros por error y culpa a la Protectora del brote
perro beagle perrera jaula
Imagen de recurso

El Gobierno de la Ciudad emite un duro comunicado lamentando las informaciones “distorsionadas y torticeras” en torno a la gestión del caso de rabia detectado en Ceuta el pasado 19 de junio. “Ninguna de las eutanasias practicadas ha sido por error, como tampoco se corresponde con la realidad el número de animales a las que se le ha aplicado”.

“Sanidad sacrifica por error a cerca de 40 perros por suponer que tenían la rabia en Ceuta”, titulaban este viernes varios medios nacionales. Un “error” que niega tajantemente la Ciudad que, en un duro comunicado insiste en que ninguna de las eutanasias practicadas ha sido por error, “tal y como se ha publicado por parte de algunos medios de comunicación de manera distorsionada y torticera”. Como tampoco se corresponde con la realidad, añaden, el número de animales a las que se le ha aplicado y que según la Ciudad “son pocos”, “menos de diez”, aunque no se ha precisado la cifra exacta. “Este tipo de informaciones atentan además contra la dignidad de los profesionales que están trabajando intensamente para contener el foco de rabia”, reprochan.

“Las eutanasias realizadas han sido minimizadas todo lo posible, en aplicación del Plan Nacional de Contingencia de Rabia”, explica, asegurando que a pesar de que no se han aplicado por parte de la asociación los correspondientes protocolos de seguridad, han conseguido realizar aislamientos seguros de animales en estas instalaciones, “lo que ha reducido el número de eutanasias en más de un 75 %.

“Las eutanasias realizadas han sido minimizadas todo lo posible, en aplicación del Plan Nacional de Contingencia de Rabia, que está elaborado por una Comisión Técnica de expertos constituida por representantes de las CCAA (de Sanidad Animal y Salud Pública), de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, representantes del Ministerio de Sanidad, representantes del Instituto de Carlos III, del Ministerio de Economía y Competitividad, inspectores de salud pública y sanidad animal de las entidades, así como, las autoridades locales en la materia, incluyendo los Cuerpos de Seguridad”, desgranan desde la Ciudad, explicando el proceso seguido en el sacrificio de los animales en contacto con el perro infectado por la rabia.. “Este plan está redactado al amparo de todas administraciones citadas, cuenta además con las directrices de la Unión Europea y de Organizaciones Supranacionales con competencias en la materia: OIE (Organización Mundial de Salud Animal) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, subrayan.

Falta de protocolos en la Protectora

La Ciudad tiene claro el origen del problema: “La ausencia de aplicación de protocolos en la Asociación Protectora de Animales y Plantas, en cuanto a socialización, desparasitación, identificación y vacunación, ha sido lo que ha desencadenado la situación actual.

El porqué de los sacrificios

En su comunicado, la Ciudad explica las razones sanitarias de las eutanasias a perros no contagiados, al menos según los primeros análisis. “La patogenia de la enfermedad de la rabia supone su entrada, normalmente a través de tejido no nervioso, músculo, donde se replica y sigue curso retrógrado axoplásmico hasta alcanzar el sistema nervioso central. Así, el virus sólo queda expuesto al sistema inmune, de forma pasajera. Cuando ya se ha infectado el encéfalo, se produce la migración al sistema nervioso periférico y las glándulas salivares, desde donde se asegura la transmisión de la enfermedad. Hasta la infección del cerebro no aparece sintomatología clínica, y no siempre, teniendo una progresión rápida y fatal”.

O dicho de otro modo: no existe detección precoz de la enfermedad y para controlar un foco, se debe actuar lo más rápido posible, “procediendo a las eutanasias necesarias de aquellos carnívoros que han tenido contacto o se encuentran desprotegidos de la vacunación”. Esto es, en el caso de Ceuta, los cachorros y animales adultos no vacunados y con los que no se siguió ningún protocolo y que para su desgracia estuvieron en contacto directo con la perrita enferma recién llegada de Marruecos.

Además, en casos de rabia, explican desde la Consejería de Sanidad, se debe actuar sin esperar en ningún caso el desarrollo de sintomatología, lo que supondría la declaración de nuevos focos, e incluso, la progresión de los niveles de alerta, debiendo aplicar nuevamente todas las medidas del Plan de Contingencia y aumentando los plazos de restricción de movimientos durante seis meses desde la declaración del último foco, así como, la posibilidad de ejecución de medidas mucho más estrictas, si aumentase el nivel de alerta.

 “Debido al curso de esta enfermedad y de su grave riesgo para la salud pública y animal, que es letal en el 100 % de los casos, se debe proceder a las eutanasias, antes de que el animal sea infeccioso. Por lo tanto, el resultado negativo en laboratorio indica que se está controlando correctamente la posibilidad de extensión del foco (antes de su llegada a sistema nervioso central, que en pocos días lo convertiría en transmisor de Rabia) y en ningún caso, que el mismo no se encuentre infectado del virus de la rabia, por lo que de ninguna manera se puede hablar de errores en la aplicación de medidas, sino de una correcta, pronta actuación y organización de los Servicios Veterinarios Oficiales que tienden a la erradicación del foco a los seis meses de su declaración, siendo el tiempo mínimo que establece el Plan de Contingencia”.

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