Vivir situaciones de emergencias, como puede ser el caso de un incendio, en el que podemos temer tanto por nuestra vida y la de nuestra familia como por la posibilidad de perderlo todo, nuestra casa y todas nuestras pertenencias, pueden producir reacciones de estrés agudo y de ansiedad que requieren de ayuda profesional para su debido manejo.El Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes, GIPEC, del Colegio de Psicólogía de Ceuta (COPCE) presta atención a las víctimas en estos primeros momentos, que les pueda ayudar a restaurar el sentido de seguridad, canalizar y gestionar estas reacciones y prevenir la aparición de posibles trastornos futuros. “En el caso del incendio forestal que acabamos de vivir en nuestra ciudad, en Calamocarro, hubo varias personas, que fueron despertadas y desalojadas de sus viviendas por su seguridad, que vivieron ese miedo y esa incertidumbre de no saber si podrían salvar sus casas o serían devoradas por las llamas”, explican desde .
El GIPEC fue activado, una psicóloga miembro del grupo, acompañó y prestó COPCE apoyo psicológico a estas familias a lo largo de la mañana, mientras esperaban poder volver a sus casas y observaban expectantes las labores de extinción de incendios por parte de los servicios especializados. “Esperamos haber contribuido a que su espera fuera menos angustiosa y más llevadera”, confía desde el COPCE Nadia Ahmed, miembro del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes
Los miembros del GIPEC de Ceuta son profesionales de la psicología especializados, que han recibido una formación y preparación específica sobre las características de las crisis, emergencias y catástrofes, como pueden ser accidentes, suicidios, incendios, desastres naturales, etc. y sus consecuencias psicológicas y psicopatológicas en las víctimas tanto directas como indirectas. “Esta formación les ha proporcionado las habilidades y competencias necesarias para el conocimiento del impacto psicológico y las reacciones emocionales postraumáticas experimentadas por las víctimas y les ha capacitado para la puesta en marcha de las estrategias de intervención psicológicas necesarias para hacer frente a las necesidades más inmediatas que requieren las víctimas, sus familiares y los intervinientes”, explican.
Entre las funciones del profesional de la psicólogía de emergencias en estos primeros momentos de un suceso traumático esta; fomentar la noción de seguridad, ayudar a manejar estados emocionales, prestar los primeros auxilios psicológicos, comunicar malas noticias, dar pautas de actuación y de autocuidado, ayudar a afrontar las perdidas y en caso necesario acompañar en reconocimiento de cadáveres, intervención específica con niños, personas con discapacidad, etc.