Juan Vivas y Pedro Sánchez en Moncloa 2

PP de Ceuta

La gravedad de la situación en Cataluña ha alcanzado límites insospechados este pasado puente de la Constitución. Los Mossos d’Esquadra reprimieron las manifestaciones violentas de los CDR. Quim Torra, presidente de la Generalitat, respondió airado y reclamó a su Consejero de Interior, Miquel Buch, que depurará responsabilidades en los Cuerpos de seguridad. Los Mossos replicaron con la inacción absoluta ante los disturbios durante dos días. Permitieron que los CDR cortasen la AP7, levantasen varios peajes de la autopista y cortasen calles céntricas en Barcelona.

En esos días, Torra estuvo recluido en el Monasterio de Montserrat en actitud de ayuno y meditación, pero antes, desde Bruselas, había reclamado la “vía eslovena" para conseguir la independencia de Cataluña. Una vía que ha vuelto a esgrimir hoy en el Parlament. ¿Y qué es la vía eslovena? Significa, en la práctica, defender una guerra que duró diez días, con de 60 muertos, y que supuso el inicio de la guerra de los Balcanes.

El Gobierno socialista ha enviado a la Generalitat tres cartas en las que le amenaza con el envío de policía a Cataluña si no garantizan el orden público. Hoy en comparecencia en el pleno del Congreso, Pedro Sánchez ha demostrado que no tiene respuestas ni intención de buscarlas ante el desafío del Gobierno de la Generalitat.

El Partido Popular lleva cinco meses ofreciendo al Gobierno socialista su mayoría absoluta en el Senado para implantar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña y  retirar, hasta que sea preciso, las competencias a la Generalitat. No sabemos qué más tiene que ocurrir para que el Gobierno de Pedro Sánchez actúe.

Torra hace dejación de funciones. No solo no gobierna, no se ocupa de solucionar los problemas de los catalanes –sanidad, educación, empleo, huida de empresas-, sino que, además, se pone al lado de los violentos: les pide que “aprieten", desautoriza a los Mossos d’Esquadra por reprimir la violencia en las calles y declara que la guerra puede ser un camino hacia la independencia. A su absoluta incapacidad para gobernar suma su rotunda irresponsabilidad.

Pedro Sánchez tiene que actuar ya. No lo hace porque es rehén de los votos de los independentistas que le llevaron al poder y está atado de pies y manos para tomar decisiones. En los últimos meses, el Partido Popular ha defendido un amplio abanico de propuestas para devolver la legalidad y la normalidad a Cataluña. En primer lugar, creemos que  activar ya el artículo 155 de la Constitución con la duración y la amplitud necesarias, incluyendo, entre otros, el control de la educación, los Mossos d´Esquadra y TV3

Además, el  PP ha propuesto que se vuelva a tipificar el delito de convocatoria ilegal de referéndum; que se modifique la Ley de Indultos para evitar que puedan acogerse condenados por delitos de sedición y rebelión; y que se controlen las finanzas de Cataluña. También propone modificar la Ley de Partidos Políticos -para que se pueda ilegalizar cualquier organización que aliente a la violencia, como ocurre en Cataluña-, la Ley de Acción Exterior y de la Ley de Símbolos. Y pedimos que no se despenalicen los ultrajes a la Corona -votado por el PSOE con los políticos independentistas en el Congreso-, que se suba la remuneración a jueces y fiscales en Cataluña, y que se utilice la Ley de Seguridad Nacional para nombrar una autoridad que dirija y coordine las actuaciones en materia de seguridad y orden público en la Comunidad Autónoma.

El PSOE debería reflexionar sobre las consecuencias que su alianza con los independentistas tiene en su electorado. Pero nos tememos que la temeridad y la vanidad de Pedro Sánchez, junto a su apego al sillón de presidente del Gobierno, iimpedirán cualquier reflexión, y anularán cualquier decisión que pueda poner en peligro su afán por seguir, como sea, en la Moncloa.