consejo ministros sánchez

Juan Redondo

Estamos en unos momentos difíciles para nuestro país donde la piedra angular ahora se centra mas que en lo económico, en la territorialidad como una sola nación. Es justo en ese punto donde se enfrentan los dos valores mas esenciales del ser humano, los sentimientos y la compresión y cuando estos se mezclan con algo que tu crees que te hace diferente a tus iguales, es donde empieza el gran problema que desde siglos lleva padeciendo el pueblo español.

De hecho con solo echarle una ojeada a nuestra historia observamos que, con pequeños matices según la época, todo sigue igual y se visualiza aún más, cuando los problemas no los solucionamos, sino que lo aparcamos y con nada que entremos como es ahora en unos momentos convulsos, vuelven aparecer esos demonios de los que como siempre se aprovechan nuestros enemigos, reflejado en esos países que siempre han tratado de que cuanto peor estemos mejor para ellos.

Por lo que en esta época que nos ha tocado vivir sería conveniente echar manos al sosiego y a la mesura y anteponer el interés general a la ideología de cualquier partido que en esto momentos tenga un mínimo de responsabilidad dentro del marco nacional o local, ¿que es difícil?, posiblemente sí, pero no nos queda otra o cogemos la via del 36 ó la de 78, en sus manos esta, porque las circunstancias son la mismas.

Parece que la formacion del nuevo gobierno ha entrado con buen pie, pues aunque formado por un partido como el socialista, en su composición se ve como algo mas transversal y que encajaría, con pequeñas excepciones, en un gobierno de otro corte ideológico y eso es buena señal. Claro está, siempre y cuando no se empiece a hacer concesiones a esas regiones que son precisamente las que nos están llevando a este malestar general que lleva a la indignación generalizada a consecuencia de ese grado comparativo de creerse superiores al resto.

Por ello seria conveniente como digo al principio de este articulo agarrarse a ese sosiego y mesura y remar todos en una misma dirección y el caso es que no nos queda otra si queremos tener la fiesta en paz.