SE EXHIBE SOLO EL 1% DEL PATRIMONIO

El increíble museo arqueológico que Ceuta podría tener pero no tiene

El increíble museo arqueológico que Ceuta podría tener pero no tiene
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Brocal de mármol tallado del pozo del patio de la Madrasa, siglo XI, expuesto en la Basílica Tardorromana.

Madrasa 2El patrimonio arqueológico de Ceuta abarca 150.000 años de historia de la humanidad. Desde la cueva abrigo de Benzú al Renacimiento, pasando por el Imperio Romano, Al Andalus, los fenicios...  Miles de piezas y objetos que cuentan el devenir de una ciudad que lleva miles de años en el cruce de caminos de la Historia. Pero solo un uno por ciento de ese valioso patrimonio está expuesto en un museo.

Ánforas y cerámicas romanas e hispanomusulmanas, un sarcófago romano con la representación de las cuatro estaciones único en Tingitana; como únicos y singulares son los elementos arquitectónicos islámicos tallados en mármol y madera rescatados de la madrasa Al Yadida… Una colección propia por la que se pegarían decenas de museos de todo el mundo pero que Ceuta tiene por historia. ”Para otras cosas, Ceuta es una ciudad pequeña, pero en arqueología jugamos en primera división”, compara el arqueólogo de la Ciudad, Fernando Villada.

Una colección por la que mataría cualquier museo arqueológico pero que en Ceuta en su gran mayoría duerme en un almacén o se ceden a otros museos  o exposiciones temporales, como las once piezas cedidas al Louvre o las prestadas al Museo Arqueológico Nacional.  Ese uno por ciento visible se distribuye entre el espacio museístico de la Biblioteca ‘Adolfo Suárez’ en el yacimiento de Huerta Rufino  y la basílica Tardorromana y no siempre con el espacio y el tratamiento que merecen las piezas.

Madrasa1Un buen ejemplo es el brocal del pozo del patio de la madrasa Al Yadida (que encabeza este texto), que se exhibe en un rincón al final del recorrido de la Basílica Tardorromana, en una sala sin conexión ni artística ni histórica con el resto del espacio museístico.  Una bella pieza del siglo XI de mármol tallado con elegante epigrafía cúfica que sería la pieza estrella de cualquier museo arqueológico y que en Ceuta es solo una más entre las maravillas que atesora.  Sólo en arte islámico medieval, la Ciudad guarda una colección propia de incalculable valor artístico e histórico, solo comparable en España con Granada o Córdoba y con poco parangón en el mundo, comparan fuentes de Patrimonio.

Pero es un tesoro casi oculto. De los alrededor de 70 objetos preservados de la madrasa, solo pueden verse en Ceuta el citado brocal y los medios capiteles y las vigas talladas policromadas de Al Yadida, piezas únicas en el mundo, que se exhiben en la última sala de la Basílica Tardorromana. Otro de los fragmentos de viga policromada se exhibe en el Museo Arqueológico de Sevilla. Objetos ocultos entre los que se encuentran las piezas cedidas al Museo del Louvre - Dos capiteles, dos dinteles y dos collarinos de la Madrassa Al-Yadida, así como el brocal de pozo, una jarra y dos cuencos-, valiosos objetos que en muchos casos duermen en el almacén, soñando quizá con tener algún día un museo propio.

Un sueño que no parece que a corto o medio plazo vaya a hacerse realidad. Y no será por falta de museos en proyecto. Ceuta, si el Gobierno de Vivas cumple su promesa de inicio de legislatura, tendrá cinco museos más: el Museo de Bertuchi, un Centro de Interpretación de las Murallas Reales, el Archivo Municipal, un Museo de la Ciudad y un quinto dedicado a la Virgen de África en el complejo de la Manzana del Revellín. Pero ninguno arqueológico.

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El increíble museo arqueológico que Ceuta podría tener pero no tiene


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