Cuando ves un debate a las elecciones andaluzas y sientes vergüenza ajena de ver como se echan cosas en cara cuando todos tienen cosas que ocultar. Cuando ante el drama de los millones de niños que se van a la cama sin hacer tres comidas al día. Cuando ante la huida de españoles a países extranjeros para buscarse un futuro que aquí no pueden conseguir, más de 2 millones...
Cuando escuchas Venezuela en la televisión casi a diario por motivos de derechos humanos mientras que no se cita a China, Guinea Ecuatorial, Israel, Rusia, EE.UU, y nadie se pregunta por qué.
Cuando somos capaces de escuchar que Rusia o Ucrania (a saber) derriban un avión comercial matando a más de 200 personas y no llevarnos las manos a la cabeza. Cuando los mejores científicos españoles tienen que irse de este país, España, mientras que auténticos bodoques se forran saliendo en programas del corazón que atentan a la decencia humana, pero que se forran porque las gentes lo ven.
Cuando hay enfermos que puede llegar a morir esperando en una sala de urgencias porque no llega el médico. Cuando el egoísmo y el individualismo humano prevalecen y machacan el interés del colectivo porque somos incapaces de pensar en nada que no sea nosotros mismos.
Cuando todo eso ocurre y permanecemos impasibles, como monigotes, siguiendo los dictados de los que mandan, sin capacidad de crítica, sin capacidad de plantearse que puede ser que nos estén engañando; cuando eso ocurre y solo pensamos en qué le pasa al Madrid que no levanta cabeza o en que lo malo conocido es mejor que..., entonces es que el nivel moral de nuestra sociedad ha tocado suelo. Ya no es algo solo legal, leyes que se incumplen a diario, no, es también el aspecto moral de nuestra sociedad el que no tiene cura. Si Kant levantara la cabeza...