VERANO

La factura del vandalismo

La factura del vandalismo
vandalismo papelera
Imagen de recurso

Las noticias sobre actos vandálicos se suceden sin solución en Ceuta. Un problema recurrente y desesperante que supone además un coste para las arcas públicas. Solo en los meses de junio, julio y agosto, la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos que dirige Yamal Dris ha desembolsado 20.000 euros en el arreglo de desperfectos.

Los vándalos fueron un pueblo germano que en el año 406 atravesaron el limes romano, cruzaron el Rin e invadieron la Galia y la península ibérica para, veintitrés años más tarde, dirigidos por Genserico, cruzar el estrecho de Gibraltar a través de Ceuta, donde se instalaron. Pero si busca en Google vándalos en Ceuta le costará encontrar una referencia a Genserico y su paso por la ciudad.

Aquí los vándalos son aquellos que, sin saberlo, mantienen vivo el origen etimológico de la palabra que alude a los destrozos causados por las invasiones bárbaras: patean mobiliario urbano, rompen los ascensores de la playa o destrozan aseos públicos, queman coches y contenedores, ciegan farolas, arrancan papeleras... Actos vandálicos que en lo que va de verano le han costado a la ciudad más de 20.000 euros, según cálculos aproximados facilitados por la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos.

Los destrozos del mobiliario en las playas o en el ascensor de La Ribera han supuesto un coste extra de 8.000 euros; 4.000 euros para arreglar los aseos de las playas que habían sido destrozados o la doble verja de seguridad instalada en el ascensor de La Ribera, tras ser destrozado y que ha supuesto el desembolso de otros 4.000 euros. Gastos que hay que sumar a los 45.000 euros que suponen los tres contratos de mantenimiento de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos.

El Centro Ecuestre o incluso la Biblioteca Pública Adolfo Suárez se han encontrado con destrozos en aseos y mobiliario En el caso de la Biblioteca, por ejemplo, se añade el incivismo: no queda un solo enchufe en la pared pese a que se renovaron todos hace solo unos meses.

La factura del vandalismo


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