Juan Redondo

Trace, Tragsa, Brigadas Verdes, Plan de Empleo, cada vez es mayor el numero de empresas o servicios encargados de las tareas de limpieza de nuestra ciudad y a pesar de ello Ceuta sigue igual de sucia. Si esto es así, ¿que es lo que está pasando?, incluso a simple vista parece obvio, al parecer en este apartado y como ya ocurre en muchos otros, la gestión política se ha convertido en algo verdaderamente caótico, dándose la sensación de que a los políticos les está todo permitido y que los ciudadanos tienen que aceptar lo que sea porque de no hacerlo, las cosas serían mucho peor. Afortunadamente y como estamos observando en estos últimos días, no todo el monte es orégano y la gente ya empieza a estar cansada de tanto abuso e incompetencia, concretamente en el caso de la limpieza los ceutíes ya muestran abiertamente su disgusto con una política local abonada a la metedura de pata, no sabemos muy bien si inconsciente o deliberada, pues algunas actitudes en todo esto habría que analizarlas con mucho detenimiento.

En cualquier caso ahora de lo que se trata es de dar una solución satisfactoria al asunto de la limpieza, volviendo a una senda de la que no se tenía que haber salido. Eso no va a ser fácil, sobre todo cuando después de la última auditoría realizada a la empresa adjudicataria del servicio, aparece el señor Vivas diciendo que los técnicos de la ciudad han observado que más del 20% del pliego de condiciones no se realiza. Las cuestiones a plantear son claras ¿es que nadie intuía cuando se revisó el pliego que esto podría pasar? parece ser que no, por lo que se ve ha tenido que ser la propia presión social ante la situación, la que ha motivado la auditoría, sobre todo porque hasta la fecha, son varios los consejeros que han pasado por Medioambiente y que se sepa, ninguno había mostrado su disposición para llevarla a cabo. Posiblemente si al final de su mandato tuvieran que rendir cuentas ante la justicia por su gestión, otro gallo nos cantaría.

Fíjense si será escabroso el tema que, aún no habiendo cumplido la adjudicataria con lo establecido, sigue ahí, sin que tan siquiera se le haya abierto un expediente sancionador. De hecho según los datos de la auditoría habría motivos más que suficientes, para la apertura de este tipo expedientes, lo que hace aún más incomprensible la actitud de la consejería responsable, intuyéndose que al final esto se intentará resolver con más dinero para la empresa, quien presionará utilizando a sus empleados como moneda de cambio.

Habrá que seguir esperando todavía un poco más para ver como realmente cambian las cosas, pues si bien es cierto que el hartazgo social se ha hecho más que nunca evidente con los acontecimientos de estos días, la gente todavía no es plenamente consciente de la importancia de su voto, teniendo que ir más allá, alzar su voz y exigir respeto, pero también haciendo un ejercicio de responsabilidad y sopesando médidamente y muy en conciencia en manos de quien deja la responsabilidad política y por ende nuestro presente y futuro.