Su abogado ha logrado paralizar “de momento” la demolición, congelando la orden judicial a la espera de que se resuelvan sus recursos sobre el error de identificación del inmueble, que no está claro en la orden y la prescripción de las faltas que s eles imputan. Los familiares lamentan, además, la indefensión de su padre, anciano y “analfabeto total, no sabe ni leer ni escribir”, a quien el anterior abogado, acusan, confundió convenciéndole para que aceptara el derribo y “respondiera que sí” a todo lo que le preguntara el juez. “Es un engaño grande, no chico”, matiza su esposa Himo, a su lado.
Mohamed, el abuelo de la familia y el dueño de la vivienda desde hace casi medio siglo, es presa de la angustia. “Llevo sin dormir desde el sábado dándole vueltas a la cabeza”, relata. Hace casi un mes que recibieron el aviso de demolición de su casa, en la que llevan viviendo, insiste, más de 45 años, “antes era la casa de Pepe ‘El Sastre’, la casa ha estado aquí toda la vida”, apunta Himo, haciendo memoria con más de 70 años a la espalda, más de la mitad en esta casa, en la que también vivió “la hija de Bartolo”. “Después la alquiló mi hermana y después nosotros”, explica. Eso sí, no son propietarios de la vivienda, pero llevan medio siglo.
Medio siglo de tranquilidad que terminó abruptamente hace una década con la construcción del depósito del Serrallo, lo que provocó serios desperfectos en su casa, “se agrietó el suelo y el techo” por lo que tuvieron que hacer reformas, lo que motivó la denuncia de Acemsa.
Hafida es la hija de la familia, con un bebé de seis meses, tiene 35 años y nació en esta casa, proclama, denunciando que, pese a, la orden de demolición, ni en Fomento ni en Asuntos Sociales les han ofrecido una alternativa de realojo, “que nos vayamos de alquiler, dicen, es inhumano”.