Juan Redondo

Tendremos menos, pero merece la pena, sino observen la tranquilidad que reina en esta ciudad con la frontera cerrada a ese comercio atípico que nada nos aporta, quizá sea el momento de tomar decisiones drásticas y preguntarnos ¿nos merece la pena este tipo de negocio?.

La respuesta a esa pregunta es evidente, queda claro que no, ya que en este se invierte mas que se ingresa. Alguien podría todavía aludir al tema del empleo, pero también es obvio que en este asunto nada de nada, quedando más claro que nunca que al único que beneficia todo esto es al país vecino, de hecho, aún estamos impacientes por ver qué medidas, según ellos muy drásticas, serán las implementadas por Marruecos tras la muerte de dos porteadoras en la frontera, la pasada semana.Ya veremos, esperemos que de tomarlas sirvan para mejorar la seguridad de sus súbditos, evitando la explotación que estos sufren a manos de las mafias transfronterizas que son las únicas beneficiarias de este mercadeo opaco y fraudulento.

En lo que a España y Ceuta respecta, ya es hora de que nuestras autoridades muestren algo de decisión y autoridad y pongan orden en el caos que impera en la zona fronteriza, empezando por cerrar todas esas naves poligoneras que viven fuera de la ley y que con su actividad impune, son en alta medida las responsables de la desastrosa situación que se está produciendo por aquellos lares.

Eso sí, poner orden en esos Polígonos de una vez por todas, no tiene porque ser fruto de la improvisación, no debiéndose permitir que toda esa tarea se cargue sobre los hombros de un solo técnico, siendo lo razonable que ese trabajo lo realicen equipos más amplios y especializados en áreas diversas, que vayan desde las urbanísticas, económicas, comerciales o tributarias, hasta las destinadas directamente con la gestión de la seguridad.

La cuestión es clara, aquello se ha convertido en una mini ciudad sin ley donde la única norma que impera es la que imponen las mafias, quienes con total impunidad son capaces de amenazar con cerrar los pasos entre las fases en las que se dividen los polígonos, todo ello, sin obtener respuesta alguna de las autoridades, las cuales hace tiempo que andan desbordadas y bloqueadas con este asunto, totalmente incapaces de hacer que la ley y la legalidad vuelvan a imperar en una zona que ya se parece más al duro Oeste de los pistoleros que a una zona comercial de una ciudad perteneciente a la Union Europa.