Antonio Gil Mellado

Al hilo de lo ocurrido en la AP-6, como consecuencia de la nevada en la zona, donde algunos ciudadanos han permanecido dentro de sus vehículos en un atasco hasta 20 horas, el Gobierno, incapaz de asumir su  responsabilidades como siempre, echa balones fuera en un alarde de tozudez y prepotencia, ¡cómo no!, genio y figura.

Todos recordamos cómo, por menos, estos mismos que hoy nos gobiernan pedían con vehemencia el cese de la entonces ministra Magdalena Álvarez; e incluso el por aquel entonces líder de la oposición Mariano Rajoy, dado que el avión donde viajaba se retrasó una hora y media, acusó al Gobierno de ineficaz y de maltratar a los españoles.

¿Cómo llamaría el bocazas de nuestro presidente a la situación que se vive en la frontera de Ceuta si se le aplica su misma vara de medir?, ¿sabrá de ello, le importará algo, lo informó el ministro tras su visita a Ceuta?

Lo cierto es que, a día de hoy, todo sigue peor, niegan el caos diario, se inventan excusas como la de combatir la economía sumergida, para que haya más control…., como si para ello fuese necesario quitarles las mercancías a quienes regresan a Marruecos, o pedir el visado un día sí y el otro no.

No me canso de afirmar que el paso fronterizo está pasando por los peores momentos de su historia, donde cada día ocurre algo que empeora la opinión que todo el mundo tiene de esa frontera. Por cierto, más que opinión es un clamor ciudadano.

Ahora mismo, empresarios, partidos políticos, sindicatos, asociaciones y ciudadanos en general se manifiestan juntos para pedir una solución al grave problema de la frontera ¡ah! según nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esto sería un caso de “maltrato a los españoles”.

Mientras tanto, el delegado del Gobierno en nuestra ciudad permanece enrocado en un silencio cómplice. Aún recuerdo hace ya unos años cuando en un artículo de opinión muy crítico refiriéndose al entonces Presidente del Gobierno Zapatero decía: “por sus obras lo conoceremos”. ¿Será por eso? ¿Será que no quiere que lo conozcan? Al menos eso parece.

En su última comparecencia ante los medios de comunicación refiriéndose a este problema pidió fe, y resultó patético. Por favor, los políticos nunca deben pedir al pueblo que tengan fe, a mí, al menos, me trae malos recuerdos. Cuando un político pide fe, como poco, es porque no sabe lo que hacer. ¡Mala cuenta!.