La familia de Laarby Ahmed Mohamed está preparando una denuncia ante los juzgados por su muerte al considerar que la Guardia Civil podría tener alguna responsabilidad en el fallecimiento. El asunto, antes incluso de su denuncia, está, según ha asegurado el hermano del fallecido, Abdelasiz, en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Ceuta.

Todo sucedió el martes de la pasada semana. Laarby Ahmed estaba ese día como tantos otros en el entorno de la frontera del Tarajal, donde “se busca la vida” ayudando a los porteadores a cargar bultos y haciendo lo que pueda, según el relato del hermano. Ese día la Guardia Civil en una de las intervenciones rutinarias tiene un encontronazo con Laarby y “le pegan”, prosigue el hermano.

Laarby se quedó tirado, descansando y pasando la noche del martes al miércoles en la zona de las nuevas escaleras reconstruidas. “El miércoles a primera hora unas personas se acercaron y le preguntaron qué le pasaba, su respuesta fue que la Guardia Civil me ha pegado una paliza”, hilvana el relato el hermano de Laarby en base a los testimonios que le dio su hermano antes de morir y al de los al menos diez testigos que ha encontrado de esa supuesta paliza, dispuestos a declarar ante el juez lo que vieron.

Esas personas lo metieron en un coche y lo dejaron en la zona del Jato descansando. Al cabo de tres o cuatro horas metido en ese coche “apareció un vecino nuestro de toda la vida. Mi hermano lo llamó y le pidió que le llevara a urgencias”

Son aproximadamente las 16.30 horas cuando Laarby llegó a Urgencias acusando un fuerte dolor en el abdomen. Le dieron analgésicos para el dolor y calmantes para las náuseas y le echaron a la calle. Pero no pasó de la salida del hospital, se cayó en la acera nada más salir, prosigue su relato Abdelasiz.

Pasó tiempo hasta que alguien reparó en su presencia en el suelo y avisó a los trabajadores el hospital, “unas dos horas”, calcula Abdelasiz. Un vigilante de seguridad, un conductor de ambulancia y un enfermero lo vuelven a meter en Urgencias, al tiempo que un conocido avisa a Abdelasiz que se encontraba cerca del clínico.

Su relato desde este punto es suyo, son sus vivencias. Al llegar a Urgencias se encontró a su hermano tirado en Urgencias sobre los bancos de la sala de espera, boca abajo que es como más se le aliviaba el dolor que seguía siendo insoportable a pesar de los calmantes.

Tras esperar un tiempo accedieron a uno de los box de urgencias. “Podría contar muchas cosas malas de esa experiencia, pero no toca ahora”, apunta Abdelasiz al que se le nota indignado de un modo profundo con el trato recibido por su hermano, a pesar de lo que prefiere no dar detalles.

Tras muchas negociaciones con los médicos para que le realizaran pruebas a su hermano todo se activa cuando al acudir al baño a vomitar sangre, Laarby pierda la vista y el habla. “Se lo llevaron directamente al quirófano y al abrirlo es cuando han visto que tenía una hemorragia interna enorme. Salió el médico y nos dijo que no eran capaces de cortársela y que le daban un 10 por ciento de posibilidades de vivir. La tensión se le fue desplomando sin que pudieran hacer nada para subírsela. El cirujano ya lo da por perdido, lo mantenían vivo con las máquinas y aguantaron hasta que toda la familia pudo venir a despedirse de él”, relata Abdelasiz. Eran aproximadamente las 13 horas del Jueves Santo. Tenía 47 años y pronto hubiera cumplido 48.

“El propio cirujano debió de ver algo que le llamó la atención porque llamó de forma inmediata al forense”, relata Abdelasiz, que aún no ha tenido acceso al contenido de la autopsia, sin cerrar aún, pero ha hablado con el forense.

“El forense me dijo que había pedido una prueba para descartar que pudiera haber alguna enfermedad que pudiera haber causado la muerte. Pero todo apunta a los golpes que tenía en los dos costados, que según el forense se ve que son golpes que le han dado y no una caída”, asegura Abdelasiz.

Ahora la familia ha decidido contratar a un abogado para que se investiguen los hechos. Abdelasiz ha invertido tiempo desde el jueves pasado en buscar personas que pudieran haber presenciado la supuesta paliza propinada por la Guardia Civil a su hermana y asegura haber encontrado al menos diez personas.

Su lucha choca además con los prejuicios. Su hermano había salido de la cárcel recientemente. Tenía un problema de adicción. Pero estaba, según el relato de Abdelasiz luchando contra ella, “al caer la tarde se iba a por su cervecita y a por su metadona. Estaba intentando salir de ahí. Quería trabajar. Estaba en casa de mi hermana que lo estaba cuidando. Esto nos ha caído como un jarro de agua fría. Toda la familia está muy afectada”.

Y Abdelasiz advierte además que en general la barriada de El Príncipe está molesta con lo sucedido y algunos quieren organizar una manifestación para protestar por el trato que están dando las fuerzas de seguridad a los porteadores y a los vecinos. “Se están escuchando muchos casos con los porteadores y ya no diferencia entre los vecinos y los porteadores”.