Una mujer con una rotura de vena ocular obtiene cita para ser atendida 6 meses después


Una mujer con una rotura de vena ocular obtiene cita para ser atendida 6 meses después

-A la hora del desayuno en el centro de Salud de Otero puede llegar a transcurrir una hora “sin que corran los números” con tan solo un personal disponible en la Gerencia de Atención Primaria

-De 80 a 90 personas por delante es lo que se han llegado a encontrar usuarios habituales del centro de Salud Número II, con dos o tres horas de espera

Aún colea el episodio en el que los usaurios del Centro de Salud de Otero dejaron de ser atendidos por teléfono para poder pedir una cita previa. Esperas de cien números por delante, demoras de horas, y entre medias los silbatos y gritos de las movilizaciones que a las puertas del centro convocó en repetidas ocasiones la Junta de Personal del Ingesa, en manifiesta hostilidad con una Dirección Territorial y una Gerencia de Área Sanitaria. El verano con los turnos de vacaciones no ha mejorado la situación, tampoco parece haberla empeorado. En la mañana previa al final de Ramadán una vuelta por la sala de espera del Centro de Salud más masificado de Ceuta sirve para encontrar usuarios resignados a las esperas y por tanto sin cabreo con otros que se han visto obligados a buscar soluciones alternativas en la sanidad privada ante las demoras. Es el caso de una mujer mayor, cuyo nombre no ha deseado revelar. Cuenta que tan sólo viene al centro de salud de Atención Primaria de Otero para anular su cita de septiembre. Fue en marzo cuando sufrió una rotura de vena en un ojo y solicitó ser atendida. En cambio, le pidieron esperar seis meses, un tiempo al que se negó abruptamente y para lo que asistió a una clínica privada de El Sardinero “porque era un asunto urgente. Las cosas urgentes no son bien atendidas, tienes que esperar mucho tiempo”.

Su caso no parece único, otros usuarios han venido denunciando desde sus perfiles en redes sociales que en muchos casos cuando piden cita con un especialista la respueta de Ingesa es la de la agenda está cerrada, una forma como otra cualquiera de no manchar la estadística y permitir que las demoras oficiales no superen un límite razonable.

“Aquí es para tomárselo con calma”, asegura José Luis Mena, un hombre mayor que lleva ocho años siendo atendido en el centro de salud de Otero, debido a su enfermedad. A pesar de ello, mantiene que está satisfecho con el servicio que le prestan allí, especialmente con la calidad de su médico y, que no tiene ningún tipo de queja. “Como en todo, hay que esperar” aclara su esposa, que hace constar que el tiempo que tarden en ser recibidos depende en gran medida del número de personal disponible, concretamente en el periodo estival actual. “Lo que no se puede hacer es venir aquí y exigir de mala manera que te atiendan, como hacen los cuatro de siempre que la lían”, determina.

Emilio Torres admite que a veces el problema es consecuencia de la falta de personal del centro, al que achaca también la ausencia de pediatras y donde, a la hora del desayuno, solo se queda una persona atendiendo a la gente, por lo que “puede llegar a transcurrir una hora sin que corran los números”, señala en relación a la lista de espera representada en el monitor de la sala. Un aspecto que más de un usuario ha subrayado. “Los de rehabilitación pueden llegar a esperar tres meses”, confiesa.

A una chica le acaban de dar cita para octubre para tratar la infección de una uña. “De lo que todo el mundo se queja es del tiempo de espera”, declara la joven. Es el caso de otra mujer que asiste a rehabilitación, ubicado en el edificio de Dirección Territorial, después de dos meses de haber echado los papeles solicitantes. Aún así, reconoce sentirse a gusto con el servicio del centro y que la problemática es ‘algo normal’ teniendo en cuenta el número de usuarios adscritos al centro sanitario. Así mismo, destaca la buena labor del médico de cabecera, quien se preocupa por todos sus pacientes.

Ana María Lopera cree que se ha solucionado el problema del teléfono, “porque antes era espantoso, no todos se pueden permitirse venir aquí solo para coger cita”. Esta mujer garantiza la dificultad que existía hace un par de meses para que respondieran al teléfono, incluso en asuntos de urgencias, un problema al que, afortunadamente, ya le han puesto solución, según explica otra cliente habitual.

Lopera afirma que ha habido ocasiones en las que “la gente se ha desesperado del tiempo de espera y se ha tenido que ir”.

Abdelaziz Chair se alegra de haber cogido número por la mañana temprano, pues de no haber sido así, habría tenido que esperar una hora y media como mínimo, ya que afirma que puede tardar dos o tres horas en entrar en la clínica.

Este lunes es un día tranquilo, en vísperas de la fiesta del Ramadán hay poca gente en comparación con otros días. El monitor marca el turno 145. María Muñoz solo cuenta con once personas por delante de ella, cuando otras veces ha tenido de 80 a 90 personas anteriores a su turno. Una situación que se puede volver complicada si, además, como narra la mujer que cancela su encuentro sanitario de septiembre, es realmente cierto que atienden a la madre o familiar del personal aunque se le haya pasado su cita.

Una mujer con una rotura de vena ocular obtiene cita para ser atendida 6 meses después


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad