"Nos pusimos a trabajar en lo que sabemos hacer, dar nuestras clases"

"Nos pusimos a trabajar en lo que sabemos hacer, dar nuestras clases"
Bendayán, en su despacho.

- Vivas recibirá este viernes a los responsables del proyecto del IES Clara Campoamor que ha ganado el Premio Acción Magistral 2014, que ha mejorado el ambiente en las clases y los resultados académicos del alumnado

- La iniciativa, en la que se involucraron diez docentes, partió de la formación de grupos heterogéneos con cuatro o cinco niños para fomentar el "aprendizaje cooperativo"


“Sin poder incidir demasiado sobre el marco legal ni en los problemas familiares, nos pusimos a trabajar en lo que sabemos hacer, dar nuestras clases, y las hicimos más atractivas, organizando al alumnado en grupos donde compartir conocimientos y dudas”. El alumnado “ganó en madurez, justicia,responsabilidad, solidaridad y compañerismo”. El ambiente en las aulas mejoró casi de inmediato. Los resultados académicos también han progresado.

Hace ahora un año, al despacho del director del IES Clara Campoamor, León Bendayán, acudían los trabajadores del servicio de limpieza llevándose las manos a la cabeza porque en algunas aulas mesas y sillas aparecían desalineadas, agrupadas en unidades de cuatro o cinco, como si de una clase de Infantil se tratara. Aquello fue solo un primer símbolo visible del proyecto ‘Aulas del siglo XXI-innovación educativa. Grupos cooperativos. Tics, tareas y proyectos’, que esta semana ha sido reconocido con el Premio Acción Magistral 2014 que anualmente promueven desde hace una década la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), UNESCO y BBVA.

En el interior de dos aulas de primero y de segundo de Educación Secundaria Obligatoria, con estudiantes de entre 12 y 14 años, una decena de profesores (de Matemáticas, Lengua, Inglés, Ciudadanía, Atención Educativa, Naturales, Música y el PCPI de Jardinería) se comprometieron a implementar los principios del “aprendizaje cooperativo”, una metodología por la que la docente Tula Fernández ya llevaba años trabajando, según recuerda Bendayán, que el próximo martes recibirá el galardón en Madrid de manos de la Reina Sofía, presidenta de Honor la FAD, junto a la coordinadora del proyecto, Mariló Pérez.

Además de la prestigiosa distinción, el centro será condecorado con la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y 4.000 euros para el centro y otros tantos para los docentes participantes.

“Nos encontramos”, explican juntos, “un alumnado no muy enganchado al aprendizaje y nos propusimos, apoyándonos en las Nuevas Tecnologías y en el aprendizaje cooperativo, reducir el fracaso escolar y mejorar el ambiente en las clases, donde existía un comportamiento disruptivo de baja intensidad que se redujo de forma casi inmediata”.

Para empezar se realizaron pruebas (sociogramas) a los estudiantes con cuyos resultados, cruzados con los de nivel académico, se compusieron grupos de entre 4 y 5 jóvenes. A cada uno se le asignó una responsabilidad: portavoz, secretario, mediador... “Buscamos grupos heterogéneos y el ambiente, las relaciones entre los estudiantes y los profesores, evolucionaron a mejor de forma muy rápida”, se congratula Pérez. El éxito escolar también floreció “en algunos casos más que en otros”.

El proyecto aspiraba a evitar las discusiones y peleas que suelen llevar al profesor a tomar medidas “que excluyen a los alumnos más inquietos, distraídos, o desinteresados” y a motivar a “esa franja de alumnado que por su falta de capacidad, por su propia condición de adolescente, por poca tradición familiar, o por otras causas, no se siente motivado a escuchar explicaciones ni a recibir instrucciones del profesorado”. Un tercer objetivo “específico” del proyecto pasaba por “fomentar la ayuda mutua, a través del aprendizaje cooperativo como fórmula para aprender a escuchar y respetar las opiniones ajenas y para entender que todos somos útiles y necesarios”.

La propuesta ha vencido las reticencias iniciales no solo entre los limpiadores. En el Claustro también ha habido docentes reacios a sumarse a esta nueva dinámica, “en muchos casos creo que más por temor a que la clase se vaya de las manos, por responsabilidad, que por otra cosa”, añade Pérez. “Lo que está claro”, destaca Bendayán, “es que este premio es un reconocimiento al trabajo de todos los docentes del instituto y sobre todo, claro, a los diez que se involucraron más a fondo”.

"Cambio radical"

Según la coordinadora del proyecto el aprendizaje cooperativo, que bebe entre otras de las teorías del pedagogo John Dewey, que alentó la importancia de “construir conocimientos dentro del aula a partir de la interacción y la ayuda entre pares en forma sistemática”, no tiene por qué ser más exitoso en unas materias que en otras.

“El cambio radical”, amplía López, “se logra a partir de un mejor clima en el aula, con más interés por parte del alumnado, al que se insta a recurrir muy a menudo a las Nuevas Tecnologías, a los portátiles de forma diaria, mezclando exposiciones con actividades e iniciativas propias en grupo o por parejas”.

El IES Clara Campoamor ha concurrido este año académico con otro proyecto a una convocatoria del Ministerio denominada PROMECE para, con la implicación de 30 docentes, la mitad de sus profesores de Secundaria, incidir en los mismos aspectos “y otros añadidos como el fomento de la igualdad de género”.

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