Las mejores historias muchas veces empiezan por casualidad para acabar en gestos pequeños o medianos que son universales en el afecto y en la humanidad. Enfermos Sin Fronteras ha firmado este jueves la entrega de 8 camas de hospital, motorizadas y articuladas que irán a parar a otros tantos hogares de familias con un discapacitado en su seno, casi todos de más de 70 y 80 años, y que verán ahora la vida un poco más cómoda que ayer mismo.

La oenegé ceutí sigue esforzándose cada día en luchar para que la pobreza no arrolle también a los enfermos y que las pulgas no se merienden al perro flaco ante la indiferencia de la sociedad ceutí.

8 camas, 7 al Príncipe Alfonso y una a Hadú que permitirán por ejemplo, la Fatima Chelaf pueda atender a su familiar parapléjico con un 86 por ciento de discapacidad reconocida y postrado en cama con un poco más de comodidad. “Ahora podré lavarle en la cama sin mojar el colchón y pequeñas cosas que en una cama normal son imposibles o muy difíciles”, resumía sonriendo.

Igual le pasará a Sara Chaib con su cuñado postrado en la cama sin movilidad de cintura para abajo. La vida un poco más fácil para familias necesitadas en profundidad con problemas en esa barrera de la dependencia que la crisis ha arrasado también desde el punto de vista de los recursos públicos.

Mohamed Ahmed Ali-Chergui, ‘Chergui’ para todos, presidente de Enfermos Sin Fronteras no derrama ni una gota de orgullo mientras no para de dar las gracias a quienes poniendo dinero contante y sonante han hecho posible este pequeño milagro: “un comerciante anónimo que ha puesto el dinero” y alguna entidad más que ha pedido no figurar de momento. “Pero sobre todo el comerciante, que colabora habitualmente con nosotros”, subraya Chergui. También, La Asociación Al,Ambar del Príncipe Alfonso, la federación de vecinos y la Ortopedia Gran Vía.

Al,Ambar que se ha encargado de seleccionar a los beneficiarios de las camas, devolvía los agradecimientos a Chergui. Y lanzaban dos críticas a los poderes públicos: la falta de baremo a la hora de subvencionar y el exceso de burocracia para recibirla.

“La Ciudad Autónoma no ha puesto ni un duro en esto y luego le dan subvenciones a otras entidades y cosas menos necesarias”, apunta Habiba Abdelkader de Al, Ambar junto a Sabah Ahmed y Reduan Ali.

“Y luego que si estas cosas las hiciera la administración pasan 8 meses y los enfermos siguen sin recibir la cama aburridos de rellenar formularios y papeleo”, matiza Chergui.

Ahora 8 familias verán un poco aliviada su situación en el hogar; y más adelante la verán aliviadas otras, porque en el acuerdo firmado este jueves, las familias que reciben las camas se comprometen a mantener en buen estado las camas y a devolverlas a la oenegé cuando ya no las necesiten para que a su vez las puedan disfrutar otras personas en su misma situación.

Dinamarca

Este final feliz comenzó hace seis meses, allá por el verano cuando a Chergui le llamaron desde Barcelona para ponerle “un caramelo en la boca”, le hablaron de un hospital en Dinamarca que se deshacía de camas y se las podía donar. “Eran camas viejas, no como estas, menos modernas y funcionales”. Aún así a Chergui le pareció una buena idea y se puso manos a la obra, traerlas desde el país nórdico le costaría 6.000 euros en portes.

El dinero le hizo dudar y en la duda, las camas acabaron en otro destinatario. No se rindió y comenzó a investigar, hasta que encontró un proveedor que le dijo que no le podía vender directamente como oenegé, pero sí a través de Ortopedia Gran Vía, haciéndole un “precio especial”, unos 4.450 euros, muy lejos del coste que tendrían en el mercado, “Unos 800 euros por cama, calcula Chergui de cabeza todo.