Camacho, a los maestros: "Rían y hagan reír, construyan un ambiente positivo en clase"


Camacho, a los maestros: "Rían y hagan reír, construyan un ambiente positivo en clase"

- El Catedrático de Escuela Universitaria de la UGR encandila a los presentes en el acto académico organizado en la Facultad por Santo Tomás de Aquino

- Anima a los profesionales de la educación a considerar a los alumnos "como clientes cuya necesidad de formación debe satisfacer"

Más de medio siglo después de impartir su primera clase, en el Colegio de los Agustinos de Motril, el Catedrático de Escuela Universitaria de la Universidad de Granada (UGR) Salvador Camacho Pérez ha vuelto a encandilar como se empeñó siempre en hacer como enseñante en activo este viernes en el Campus Universitario, donde ha pronunciado la conferencia magistral 'La pedagogía positiva y el placer de enseñar' en el acto académico por Santo Tomás de Aquino.

Camacho es ejemplar y coherente con su argumentario. Un maestro no puede aburrir, ni juzgar más allá de lo académico, ni mucho menos "pronosticar el futuro", tiene que ser un como un comercial, en su caso del conocimiento, y debe involucrar a quien tiene enfrente con "prudencia, confianza y respeto, generosidad y humildad". Y humor. "Rían y hagan reír, aléjense de la tristeza del que cree saberlo todo, quizá hasta la fecha de su muerte", ha dicho.

La Facultad que ahora dirige como decano Antonio García va camino de hacer de un éxito cada conferencia que organiza. Después del magnífico sabor de boca dejado por César Bona el año pasado, este viernes Camacho ha condensado en media hora un paquete básico de recomendaciones para ser "maestro" más que "docente".

El ponente aborrece la "evaluación sistemática, muchas veces asistemática", que se extiende a edades cada vez más jóvenes y genera "rechazo" casi automáticamente. "No esperemos saltos de alegría al empezar las clases pero tampoco que el alumno se sienta un desgraciado por estar ahí... Si el maestro no recibe y muestra la más franca de las sonrisas, se está equivocando", ha advertido.

Como al frente de un aula se puede "emocionar o conmocionar", a quienes quieran dedicarse a enseñar les ha instado a "involcurar al alumnado en su formación", a no ver a los estudiantes solo como tales sino también "como relaciones y profesionales", según el nivel. "Considéreles como clientes cuya necesidad de formación debe satisfacer", ha invitado sin dejar de reseñar la importancia de no "maltratar", ni siquiera de las formas "más refinadas", con absurdas esperas, lecturas costosas o tareas sin interés, a los alumnos.

"El éxito o el fracaso del alumno no es el del maestro", ha añadido Camacho, seguro también de que no existen "disciplinas intrínsecamente penosas" porque "cualquier materia puede ser objeto de disfrute en manos de un buen didacta en su mediación entre el alumno y el conocimiento". El Catedrático también ha repudiado el sistema que cuestiona la honorabilidad y la profesionalidad de los maestros y profesores "que conociendo lo que sabe el estudiante debe someterlo a pruebas de papel y lápiz, convirtiendo la evaluación continua en una farsa".

Apostar "por la naturalidad y la espontaneidad" sacando "el niño que todos llevamos dentro" ha sido otra orientación del conferenciante, que ha mantenido atento y vivamennte interesado al auditorio, ante el que también ha destacado la necesidad de "construir un clima positivo en las clases". "Cuando salgan échenle la culpa al Ministerio, a la rectora, a quien quiera, pero dentro es usted el artífice, no culpe a nadie, y lo que allí se construya tiene un ingeniero social, un maestro que puede hacer maravillas y milagros para que todos sus alumnos terminen siendo Premios Nobel", ha destacado.

Camacho, a los maestros: "Rían y hagan reír, construyan un ambiente positivo en clase"


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