{mosimage}Estampas típicas de la barriada Príncipe Alfonso. Las fotos se pueden tomar cualquier día dando un paseo por la zona. Las imágenes son las que cualquier vecino tiene colgadas en su perfil de Facebook. Son la rutina que cala en la retina de los que allí viven. Son la imagen cotidiana que dibuja la resignación de que año tras año nada o muy poco cambie. Tantos planes especiales después.

Ceuta además de marinera y dulce, es pequeña y a tan sólo 4 kilómetros de allí hemos sacado las fotos de la novísima plaza Mari Carmen Cerdeira. Es un rincón más del cuidado, limpio e higiénico centro de Ceuta.

A un lado, lo limpio, los casi dos millones de euros gastados (1,7). Justo detrás de la delegación, en el salón de todos los ceutíes. Los caros olivos, más de mil euros cada uno, traídos del extranjero y no de Jaén, construyen un idílico jardín Mediterráneo en el mismo corazón de la Almina. Junto a ellos, juegos infantiles de última generación, completamente homologados para evitar cualquier lesión. para los niños del barrio. Los postes de las luces molestan a la imagen, impiden un encuadre mejor.

A otro lado, la suciedad, el abandono, la falta de inversión y de servicios. Los escombros entre los que tienen que jugar los niños del barrio, el miedo de sus padres a que se corten con cristales o alambres. Las piedras como juguete. Lo oscuro. Las luces que brillan por su notable ausencia.

Dos realidades opuestas, una negra y otra blanca. Antagónicas. En la periferia, el retraso; en el centro, el progreso. Dos Ceutas. Dos realidades completamente distintas que conviven en la misma ciudad, pequeña, dulce y marinera. Para verlas sólo hay que dar un paseo y alejarse un poco del centro. En la siguiente galería se alaternan.