Ofensiva institucional contra el #atraconavieras


Ofensiva institucional contra el #atraconavieras

- El Gobierno Local cree que hay “indicios” de concertación de precios y considera la subida “desproporcionada, abusiva e injusta”

- Delegación del Gobierno ha encargado un informe a Capitanía Marítima para elevarlo a la Dirección General de la Marina Mercante en parecido sentido

- En otoño se vuelve a renovar el concurso de línea de interés público y las administraciones barajan la idea de eliminar la competencia y apostar por una naviera única

- Consulte las tarifas actuales

Como cada viernes, más cuando comienza el buen tiempo, este 21 de junio, a medida que se ha acercado el mediodía se han comenzado a colapsar las vías de acceso al Puerto desde el centro y desde otros puntos de la ciudad. Tráfico denso, que como el humo, es una señal: es fin de semana y muchos ceutíes apuran su salida del trabajo para coger el primer barco que puedan en dirección a un fin de semana en la península, para el relax, para ver a la familia, amigos o realizar compras. A la inversa, otros pocos preparan la visita a la familia o el regreso al hogar desde trabajos en la península.

Situaciones cotidianas en una población aislada de la península cuya comunicación dependió, depende y dependerá siempre de esos 18 kilómetros de agua que separan Ceuta de Algeciras y que unen los barcos de las distintas compañías navieras.

Compañías que una vez más, casi como cada mes de junio, están en el ojo del huracán y a las que los ceutíes les ponen estos días en bares, cafeterías y redes sociales las orejas rojas por la subida con alevosía, sin previo aviso, y codicia que han aplicado a las tarifas de los billetes de un día para otro cogiendo a todo el mundo descolocado y en plena crisis.

Lo que hasta hace unos pocos días podía conseguirse por 4,50 euros, cuesta hoy 15 euros, como poco, si no se planifica el viaje con la debida antelación. La subida es no más que una vuelta a la anterior situación, la de antes de la bajada de precios que en diciembre abanderó Acciona Trasmediterránea, pero molesta y mucho, en especial por la falta de información sobre la misma.

Denuncia por concertación de precios

Y ante el clamor popular las instituciones no han permanecido pasivas. El Gobierno de la Ciudad Autónoma ya ha hecho público que el tarifazo lo ha puesto en conocimiento de sus jurídicos a los que ha pedido informe por si existiera, de nuevo, sería la segunda vez, concertación de precios, para volver a poner el asunto en manos de Competencia, que ya ha sancionado a las navieras de forma ejemplar y con multas multimillonarias en otras ocasiones.

Un postura que más allá del argumento jurídico a emplear ha dejado clara en su vertiente política el portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez, en su comparecencia de este viernes tras el Consejo de Gobierno. Según la voz del Gobierno se trata de una subida de las tarifas “desproporcionada, abusiva e injusta”. Y la intención es demandar ante la Comisión Nacional de la Competencia por una supuesta práctica prohibida, que sería la tercera en los últimos cinco años, tal y como recuerdan en la propia web informativa del Ejecutivo. Para Martínez “existen todos los indicios” de que hay acuerdo tácito entre las compañías para eliminar las ofertas y subir los precios volviendo a las tarifas del pasado otoño.

En la web del Gobierno recuerdan que esta práctica ya les ha costado a las navieras multas por 16,5 millones de euros.

Informe a la Dirección General de la Marina Mercante

Pero no es la única administración que ha movido ficha. Capitanía Marítima trabaja a petición de Delegación del Gobierno en un informe para comprobar que las subidas no están vulnerando lo establecido en el contrato público que ganó Baleària.

“Se está estudiando lo que ha pasado y en función de las conclusiones del informe, todavía no las hay, si se observa que hay una distorsión y un abuso en los precios, se trasladará el informe a la Dirección General de la Marina Mercante para que actúe”, confirma Delegación del Gobierno.

Si se encarga un informe es porque se sospecha que las navieras han podido pasarse de la raya. “Cuando hay quejas y hay subidas y hay malestar general, los técnicos se tienen que poner a estudiar la historia, si se ha abusado se comunicará a quien es competente para atajar el asunto”, asegura Delegación del Gobierno.

Ambas iniciativas gubernamentales no escapan del contexto y la dirección marcada en la que trabajan de forma coordinada tanto Ciudad Autónoma como Delegación del Gobierno, que han apostado abiertamente porque el próximo contrato de línea de interés público sea el que definitivamente logre que los ceutíes no encuentren un muro insalvable en el Estrecho. Con una apuesta que ganó fuerza en su día y tras la que puede haber muchos intereses comerciales que se crucen: eliminar la competencia y establecer una única naviera, o bien de forma más reciente a través de obligaciones de racionalidad en la línea que gane el contrato, que tampoco se entenderían demasiado en un mercado de competencia salvaje como el actual.

Ofertas sin respaldo de marketing y quejas ciudadanas

Pero mientras la burocracia institucional mueve ficha, la ciudadanía sigue con su cotidiana vida de viajes por placer, negocio o compromisos a través del Estrecho a bordo de las naves de Acciona Trasmediterránea, FRS y Baleària, tildadas en foros por sus usuarios como auténticas compañías bucaneras sin escrúpulo alguno para explotar tanto al ceutí como al viajero magrebí que vuelve a casa en verano, las minas de oro de la llamada Operación Paso del Estrecho, que ninguna compañía va a dejar escapar. En twitter bajo la etiqueta de #atraconavieras propuesta por este medio se pueden leer numerosas críticas y lanzar nuevos datos.

El resto de años, las navieras habían venido “paseando hierro”, como se dice en el argot marinero, manteniendo un número inverosímil de rotaciones a fin de captar clientes en lugar de apostar por una reducción de costes que les permitiera luchar por clientes rebajando las tarifas. Eso era hasta este año. Acciona Trasmediterránea dio un paso al frente el pasado diciembre cuando bajó los precios hasta 4,50€ por trayecto para residente, un precio que además no pasaba de los 10€ para el no residente y que bien aprovechado podía haber incentivado y mucho el turismo que ansía buena parte de la economía local para capear el temporal y relanzar la economía.

Si ha funcionado o no, todavía no se sabe, nadie se ha encargado de facilitar datos que indiquen si se ha mejorado la ocupación de los barcos, si han llegado más turistas, si los ceutíes viajan más o si las compañías han explotado mejor su negocio.

La estrategia de Acciona que fue seguida por sus competidoras no estuvo acompañada de una buena política de comunicación. Los residentes se fueron enterando por el boca a boca de quienes acudían a la Estación Marítima a acompañar a algún familiar con la mandíbula apretada esperando el sablazo habitual y salían riendo y contentos por el precio asequible del billete.

Al otro lado del Estrecho tampoco se conoce campaña de comunicación alguna para tratar de atraer a los residentes en el Campo de Gibraltar, Algeciras u otras poblaciones cercanas a visitar una ciudad con siete esencias, una obra de César Manrique (el Parque Marítimo del Mediterráneo), un complejo amurallado único en Europa, algunos restaurantes con mención en la Guía Michelín (el Refectorio) y otros pujantes en los medios especializados (El Bugao), y un sin fin de atractivos, y marcado espíritu de apuesta por el turismo.

De esos 4,50 euros se ha pasado a 15 euros si no se planifica el viaje y uno se planta en la Estación Marítima para comprar el billete para el siguiente barco. Y eso molesta.

Los ceutíes se quejan amargamente en las redes sociales, en los bares y hasta en el propio barco. Algunos llaman a la rebelión y a plantar cara denunciando casi cualquier deficiencia. El debate está lanzado. En twitter #atraconavieras, en la página de facebook de ceutaldia.com, o aquí mismo en los comentarios. En las oficinas de las agencias de viajes se comen ese descontento y lamentan también amargamente que no haya habido información previa por parte de las navieras de que las tarifas se iban a variar.

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