Estados S.A.

- Produce pavor comprobar como el bombardeo constante de consignas y situaciones violentas acaba provocando, mucho más temprano que tarde, un brutal y medido cortocircuito en nuestra capacidad de análisis.

Aguas negras

- Curioso es que los tiempos complicados, esos que los manuales de Historia tienden a etiquetar como “convulsos”, siempre tengan el epicentro de sus sacudidas en el mismo sitio con idéntica y cíclica brutalidad.

Punto de no retorno

- Curioso es que, en pleno Siglo XXI, vivamos como en el ficticio mundo que elaboraba, a base de andamios y pinturas, el ruso Gregorio Potemkin.

Rumbo de colisión

- Corrían felices tiempos medalleros en Barcelona, de majestuosos puentes en Sevilla y de infinitas extensiones de autovías por España cuando el politólogo norteamericano Francis Fukuyama, decretó en uno de sus libros “El fin de la Historia”.

El Crepúsculo de los dioses

Los tiempos que corren, tan abruptos como la actualidad que inexorablemente nos invade, vomitan una imagen terrible mediante el imparcial espejo de la realidad.

La maldición de la risa

Grabada está en mi retina la imagen de Jorge de Burgos, el maquiavélico abad de la obra de Umberto Eco El nombre de la Rosa. El religioso, viva estampa de la Santa Inquisición, en un afán represor cargado de ansias de Poder, había desterrado de su particular Reino todo lo relacionado con la risa. Tanto era así que, como hombre de negro de su Estado que era, asesinaba a cualquiera que se atreviese a traspasar el umbral de lo permitido, es decir, a cualquiera que osase leer los textos prohibidos que hacían reír. Como recordarán, la ejecución se llevaba a cabo porque las páginas estaban impregnadas de arsénico, que al entrar en contacto con los dedos, exterminaba de forma inmisericorde al atrevido y pecaminoso lector. Él era, porque así se había dictaminado, verdugo y parte en los juicios de moralidad que rápidamente despachaba.

Llueve sobre Santiago

- Es una verdadera lluvia fina, caladera, incesante, persistente y tenaz la que, a diario, nos empapa a todos.

Somos

- Hablar de eras convulsas y de miedos no es, desgraciadamente, ninguna novedad en los tiempos que corren.

El síndrome Berneri

- La información, esa que condena al periódico del día a ser viejo y carne de hemeroteca a las doce de la mañana, siempre nos trae inequívocas indicaciones del rumbo que están tomando las cosas… algunas veces por lo que evidencia, y en la mayoría de las ocasiones por lo que esconde.

Lo que hay que tener

- La charca sigue aumentando de tamaño y la pestilencia de su contenido apenas si es ya soportable, un “apenas” que separa el verbo “aguantar” de “reaccionar” y que nos mantiene, absolutamente a todos, como rehenes de una pesadilla en forma de indecentes rentabilidades a costa de la vida de millones de seres humanos.

Bajo los adoquines, la playa

- Por todos los medios habidos y por haber, los que dicen mandar nos sometidos a un constante bombardeo con unos mensajes de tal intensidad apocalíptica, y con una argumentación tan plagada de sofisticadas mentiras y calculados miedos, que acabamos interiorizándolo todo como nuestro.

El mundo del silencio

- Jacques Cousteau revolucionó el mundo del buceo, en los años 40, con la invención del equipo autónomo para respirar bajo el agua y, en los 50, con la publicación de su libro 'El Mundo del Silencio', con el que nos enamoramos del placer de la inmersión.

Generación Z

- El patio no da para más. Es fácil llegar a la conclusión de que las luchas por el poder de la serie “Juego de Tronos” son, tan sólo, una mera y burda aproximación de lo que ocurre en nuestra patética y triste realidad política.

¿11S a la chilena o agoreros del apocalipsis?

- Resulta curioso como, cuando las cosas se ponen feas de verdad, tendemos a encubrirlo todo bajo el vocablo “acontecimiento”, como si una suerte de velo protector impidiese que la cruda la realidad se materializase con toda brutalidad.

Juego de sombras

- Más allá de las informaciones que van apareciendo, el hedor a corrupción ya ha terminado de pudrir el poco aire medianamente respirable que aún quedaba en el ambiente.

La era del frío

- Tiempos duros de frío polar los que se han adueñado de nuestros horizontes a fuerza de duras inclemencias, y no sólo meteorológicas.

Apuntes del miedo

- Se palpa y se vive a diario. El Miedo es la base, el combustible y el mejor valedor de un sistema regresivo y autoritario.

El Ministerio de la Verdad

- Sempiterna guerra de números para una supuesta huelga general que, al margen de su seguimiento, ha servido para poco más que para un acto de afirmación frente a una constante frustración bien contenida entre sólidas paredes, esas que procura el Sistema para que, procedan de donde procedan, tengan por finalidad castrar cualquier horizonte que se atreva a ver por encima de las tapias al uso.

Huracanes

- Los huracanes es lo que tienen, lo arrasan todo, sin piedad ni sentimientos, dejando tras de sí una estela de incomprensible desolación, algo así como lo que ha ocurrido con el Huracán Sandy, que amenazando con destruir Nueva York, copó las portadas de todos los medios.

La vasija de Soissons

Cuenta la leyenda que Clovis, rey de los Francos, en una de las batallas contra lo que quedaba del Imperio Romano cerca de Reims, asaltó iglesias y catedrales. El Obispo de Reims, alertado por el pillaje, mandó un emisario con la intención de “salvar los muebles”, pidiéndole al galo un símbolo de acuerdo (posteriormente, Clovis se convertiría al cristianismo) como señal de buena voluntad: una vasija de plata, oro y piedras preciosas. En el momento del reparto, Clovis reclamó para él el preciado jarrón pero se topó con la firme oposición de uno de los jefes de los clanes, que destrozó la vasija, en presencia de todos, antes de tener que entregársela al obispo. Clovis se tragó la afrenta diciéndole: “Acuérdate de la vasija de Soissons”.