Tras que todo el mundo se centrara exclusivamente en los datos más importantes, como son el quién y el por cuanto, toca ahora analizar los datos con más sosiego. Y el primero de ellos es que Zapatero, pese a una victoria sin paliativos, no tiene muchos motivos para la relajación.

Si tomamos como referencia la asignación de escaños en los comicios de ayer y partimos de las generales de 2004, podría decirse que el PP crece a costa del PSOE, que habría cedido cinco escaños a los populares. El crecimiento socialista se debe, pues, al desmoronamiento de ERC e Izquierda Unida. El nuevo votante socialista es, en buena teoría, periférico y con posiciones ideológicas que derivan hacia casi la extrema izquierda, con postulados como el federalismo o la república como principios casi irrenunciables. Un voto, pues, volátil y fácilmente trasvasable, que obligará a Zapatero a cuidar especialmente ese electorado, que dentro de cuatro años podría desmovilizarse. Difícilmente casa esto con las necesidades del PSOE de sentarse, si o si, con CiU. No olvidemos que Artur Mas es el novio al que han dejado dos veces plantado en el altar, con alianzas en la mano. ¿Generalitat a cambio de Gobierno? ¿O un Ministerio -Industria, Administraciones Públicas o Exteriores- que, además, desactivaría cualquier deriva independentista de CiU?. Segundo apunte. El PP sube, efectivamente, pero es una subida limitada. Ahora hay tantos motivos para la renovación como para la continuidad en Génova 13. Rajoy ha perdido, más no se ha desplomado. Sin embargo, el techo electoral de este PP parece alcanzado y presentarse en 2012 con un candidato de 57 años de edad y con dos derrotas consecutivas a sus espaldas no augura muy buenas perspectivas de futuro para la formación de centro-derecha. A excepción de Calvo-Sotelo, todos los presidentes del Gobierno democráticos llegaron al poder entre los 40 y 44 años. Tercero. Hay un fuerte bipartidismo, y formaciones nacionalistas como CHA o desaparecen del mapa. Es especialmente injusto este escrutinio con IU o UPyD, que crecerá dentro de cuatro años a poco que Rosa Díez sea coherente. PP y PSOE son, ahora y en conjunto, más fuertes que nunca. Puede ser el momento de abordar una reforma de la Ley electoral.

Ceuta

Dejo tres apuntes. El primero es que, traducido a unas autonómicas, el resultado de anoche dejaría a un PP contra las cuerdas, con 13 escaños, y a una posible coalición del PSOE con UDCE y los restos de la izquierda localista en clara emergencia, con 12. ¿Se atreverán a ello el PSOE, UDCE y el tándem Aróstegui/Chaves? ¿Mermaría eso a Juan Vivas o el presidente de la Ciudad seguiría arrasando a pesar de todo?. El segundo: ¿de qué sirve la experiencia de la que muchos hablaban en el PSOE en los últimos meses?. Tras los infantiles episodios acaecidos después del 27 de mayo, sólo José Antonio Carracao ha sabido hacer lo más sencillo para alcanzar el liderato en Daoiz: callar y esperar. Y el tercero. Me cuenta mi enano infiltrado que el nuevo delegado del Gobierno no lo pondrá sobre la mesa Ferraz, como ha ocurrido hasta ahora, sino directamente Moncloa. ¿Por?.