- No sé cómo será la cosa en otros países, pero cuando uno comprueba el grado de embustes, cinismo y desfachatez que rodea la política española no puede sino caer en el hastío y la desgana, preguntarse una y otra vez qué habremos hecho tan mal como para tener en el Gobierno del país al partido de los más mentirosos, de los más descarados.

Celia Villalobos ha sido la última en mirarnos a la cara y mentirnos como si nada. Con su tono de mujer campechana y cercana se sentó el sábado pasado en el sillón de La Sexta Noche y, sin titubear, dijo, tranquilamente, que en España no ha habido recortes. Pero no sólo eso. También afirmó que en la sanidad madrileña no existen listas de espera o que la reforma laboral no ha abaratado el despido.

La señora fue a la tele a pintarnos otro país, ese en el que, al parecer, vive también el señor Mariano Rajoy, pues el Presidente se lo dejó claro a Cayo Lara cuando éste le relató en el Congreso de los Disputados las penurias que las políticas del Partido Popular causan en la sociedad española: “Me habla usted de una país que no conozco”. Sí, el Partido Popular vive en otro país. O se ríen en nuestra cara, una de dos.

La nueva esperanza blanca de los conservadores, Pablo Casado, también nos dijo hace unas semanas en “El objetivo de Ana Pastor” que, efectivamente, el PP no ha recortado. Mejor dicho, que “sólo ha recortado en cosas superfluas”. Es decir, que las médicas y los enfermeros de la marea blanca o los profesores y alumnas de la verde han salido a la calle durante todos estos años por mero aburrimiento.

Somos más ricos que hace cuatro años, tenemos mejores servicios públicos y más derechos y libertades. Lo que pasa es que no nos damos cuenta. Nos dicen sin ruborizarse que este es el Gobierno que más becas reparte, que más invierte en Educación y Sanidad, que más cuida de las pensiones de nuestros mayores y que más protege a los trabajadores públicos y a los pequeños empresarios. Al final resulta que tenemos un Gobierno de “perroflautas” enemigos del capital y defensores de la lucha obrera. Eso sí, ustedes no piensen en todas estas cosas, que lo importante es lo que hacen los siniestros bolivarianos comeniños en Venezuela. Es, disculpen la expresión, acojonante.