Podemos Ceuta no ha dicho que tengan que decidir los ceutíes. Podemos Ceuta dice que Ceuta es España, que hablar de “devolución” a Marruecos carece de fundamento y que, en el caso de que alguna vez existiera un debate en la sociedad ceutí, que no lo hay, la decisión debería ser discutida y decidida, ante todo, por los ceutíes y no por los ciudadanos de Anchuelo, Villanueva del Trabuco o Palmones. No creo que decir esto sea negativo, sino todo lo contrario: precisamente esa sería la mejor forma de garantizar la españolidad de Ceuta, pues nadie más interesado en que Ceuta siga siendo parte incuestionable del territorio español que el pueblo ceutí. Y no, no hace falta que los ultraderechistas de VoX nos hablen de la “indisoluble unidad de la nación española”. Conocemos el artículo de la Constitución y ningún fanático nos da clases de patriotismo.
Algunos de los que hemos sido atacados y difamados estos días ya manifestamos, varias veces y en distintos foros, nuestro deseo de que Ceuta sea Comunidad Autónoma. ¿El motivo? Pues ni más ni menos que la defensa de su españolidad, evitar ser vistos como una colonia con un régimen administrativo diferente. Han sido PP y PSOE, tumbando las aspiraciones de la aplicación de la transitoria quinta de la CE, quienes, por no molestar al vecino marroquí, han dado la espalda a Ceuta una y otra vez. Tal vez El Faro de Ceuta debiera escribir algo así: “PP y PSOE dicen que Ceuta es España, pero nos niegan a los ceutíes ser como el resto porque no quieren molestar a Marruecos, ¿qué opináis?”. Sería más honesto que lo que han intentado hacer con Podemos.
Resulta obvio que existe un deseo de manchar a Podemos con cualquier vileza. Cuando Pablo Iglesias, que ya había condenado la violencia de ETA en varias ocasiones, quiso aportar un punto de vista más profundo para poder analizar la cuestión del terrorismo, los manipuladores de turno le acusaron de proetarra. Y los idiotas dispuestos a tragárselo cayeron en la trampa. En Ceuta, uno de los discursos movilizadores más efectivos es el del “miedo al moro”, aquel que consiste en acusar de promarroquí a todo aquel que discrepe con el discurso racista de aquellos que llevan gobernándonos durante más de una década. A todos aquellos que jamás votarían a un alcalde musulmán hay que dejarles caer que Podemos dice lo que no dice. Difama que algo queda. El debate político convertido en pura basura amarillista. Repugnante.