Cada vez que se publican datos estadísticos sobre la pobreza que existe en nuestra ciudad, saltan todas las alarmas y algunos - casi siempre los mismos - se rasgan las vestiduras. En cualquier caso el panorama no puede ser más desolador, encontrándonos ante unos resultados demoledores que confirman que uno de cada tres ceutíes se encuentra al borde de la pobreza, todo esto es tristemente cierto, pero lo que aquí nadie cuenta es cuales son las causas que han originado esta terrible situación.
La realidad, a pesar de que algunos intenten ocultarla, es que Ceuta en ningún momento ha estado preparada para absorber a esa masa ingente de personas, la mayoría procedente del vecino Marruecos, que se ha ido asentando en esta ciudad durante las últimas décadas, situación que se ha agravado aun más si cabe, con la nefasta gestión que el gobierno local ha tenido en la cuestión de los empadronamientos fraudulentos y que ha intentado solucionar solo, cuando ya el daño real estaba hecho. De esto nadie de los representados en la Asamblea dice una sola palabra, sino más bien todo lo contrario, habiendo algún grupo político más que interesado en que la situación siga su curso y cuanto peor nos vaya a todos mucho mejor para sus intereses políticos, desde luego verdaderos gestores de la miseria.

Está claro que es difícil decir la verdad de lo que está ocurriendo y más en el momento actual con unas elecciones a la vuelta de esquina, pero la realidad es la que es y, aunque se intente desviar la cuestión apelando al deseo que algunos tienen de enfrentarnos, nadie puede ya ocultar que la situación se ha ido completamente de las manos, realidad incuestionable que nada tiene que ver con que algún inconsciente metido a aprendiz de brujo, se dedique a jugar con fuego cada vez que abre la boca, corriendo el riesgo de quemarse él y de paso quemar a los demás.

Es ahora que toca mostrar abiertamente el programa de todos y cada uno de los partidos políticos que se presentan a estas elecciones, exponiendo con claridad, cuáles son aquellos de sus puntos programáticos que ofrecen soluciones a los infinitos problemas que nos acucian y sobre todo explicando a la ciudadanía como piensan llevarlos a cabo. Dudo mucho que la mayoría de ellos lo hagan, aunque algunos no dejemos de hacerlo todo el año, siendo para otros más fácil apelar al miedo y la confrontación para conseguir esa cantidad ingente de votos con los que mantenerse en sus poltronas y seguir enseñoreados de un panorama cada vez más negro.

Lo único que queda claro es que si seguimos por estos derroteros la ciudad acabará estallando, una verdadera olla a presión a la que unos y otros se han empeñado en avivarle el fuego. La búsqueda de alternativas, proyectos o propuestas viables brilla por su ausencia, nada que venga a descongestionar a esta ciudad de su eterno constipado o que dinamice nuestra economía y mejore la situación de nuestros ciudadanos, seguimos como siempre buscando a alguien que nos saque las castañas del fuego y que encima le de algo aire a los responsable del desastre, bien sea en forma de planes de empleo auspiciados por el Estado o de subvención millonaria procedente de Bruselas, pero nada más, simples pedigüeños acomodados a que otra resuelvan los problemas, mientras los responsables locales nos siguen echando mas y mas tierra encima.

Soluciones haberlas haylas, las he expuesto en infinidad de mis artículos, ¿por qué otros no las plantean? habrá que preguntárselo a ellos, a lo mejor nos sorprenderían con sus respuestas y seguro que más de uno y de dos se replantearían ciertamente su voto.