Zara

Para ésta terrible enfermedad uno nunca está preparado. Es necesario entender que te llega de golpe y, en la mayoria de los casos, afecta a personas de nuestro entorno más pxóximo (padres, pareja, etc.) y por tanto, afecta a las relaciones que más valor tienen para nosotros y podemos llegar a sentir que a veces nos priva del sentido de nuestra propia existencia. Por ello hay personas que mientras se ocupan de un enfermo de alzheimer caen en la depresión. Y esto lo digo por propia experiencia, la vivida con mi padre durante un largo tiempo hasta que falleció. Pero murió rodeado de todo el amor y cariño de su familia.

La enfermedad llegó de pronto y fué doloroso porque nunca piensas que te pueda tocar, como pasa en tantos otros males. Pero con determinación pensé: "tenga la enfermedad de alzheimer o cualquier otra, jamás en la vida lo abandonaré, si lo hiciera no estaria nunca en paz conmigo misma". Cuando uno ha convivido con ésta persona toda su vida, la transformación es imposible de creer al principio. La persona que vivia conmigo, mi padre, ya no reconocia a las personas de su entorno. Pero él tambien se mostró irreconocible para ellos. Pero yo tenia que entregarme al cuidado de mi padre, al igual que, tanto él como mi madre se habian ocupado de mi cuando era una niña. A veces me decia que era su madre, o me hacia alguna jugarreta o incluso se ponia violento con alguno de nosotros. Y hay que buscar, en la mayoria de los casos, ayuda externa. Cruz Roja nos prestó ayuda a diario para llevarlo a un centro. Tienen todo mi agradecimiento. Pero no hay mucho más, sobre todo para los pobres. 

En la medida que prolifera la enfermedad, la Administración deberia pensar que hay que implementar soluciones o terapias que de alguna manera paliaran los efectos de ésta mal del siglo en que vivimos. Para las familias que tienen un enfermo de alzheimer les sugiero que siempre quedará lo vivido con esa persona, que les presten toda su fidelidad, su calor, su cariño, y que le damos sentido a nuestra vida cuidandole. 

Hay que profundizar en el estudio de esta enfermedad y los gobiernos deben darse cuenta de su proliferación y dotar con todos los medios posibles el estudio de terapias, ya que la medicina convencional no dispone de tratamientos efectivos. En la actualidad es un grave problema de salud pública, por su progresividad pero, a pesar de su prevalencia, está infradiagnosticada, no detectada en más del 50% de los ancianos.