- Una vez más hemos asistido la miseria democrática del Gobierno de la Ciudad.

Lejos de entrar en describir posturas, risas, gestos que se cuecen durante las intervenciones de la oposición, algo que demuestra la falta de humildad ante temas que, les gusten o no, afectan a la sociedad para la que gobiernan, existe un matiz imperdonable de asumir: la responsabilidad y el compromiso para, al menos, leerse las propuestas que les llevamos al Pleno con tiesura.

El Gobierno de la Ciudad, por ejemplo, en su papel de superioridad, ridiculiza algo tan vital como es la inquietud de intentar establecer contactos para evitar que una mujer inmigrante víctima de violencia de género tenga que ir a su país de origen para completar los papeles necesarios que marca la Ley y obtener el permiso de residencia.

Es decir, ¿una mujer que es víctima, que está en España preservada por una Orden de Protección, que su agresor está en libertad, tiene que ir a su país de origen, en este caso Marruecos, para regularizar su situación?, ¿si el hecho sucede en Madrid, o en vez de ser Marroquí es Venezolana, también le pedimos que vaya a su país de origen a por la documentación?, ¿es consciente la Ciudad que en el momento que cruza la frontera su vida corre peligro?, ¿ha intentado la Ciudad gestionar la relación Interministerial?, ¿cómo es posible que se excuse en que el Pleno no es el órgano competente para instar al Gobierno de la Nación?

Miren ustedes, en el momento que hemos tenido conocimiento que eso se hacía así en nuestra ciudad, hemos empezado a gestionar y a llevar a cabo movimientos, a pesar de no tener responsabilidad en el Gobierno, para tratar de cambiar las cosas y no lamentar que una mujer, que se encuentre bajo la tutela y protección de la ciudad de Ceuta, pueda sufrir una agresión en Marruecos por culpa de la incompetencia de un Gobierno Local incapaz de ver más allá de sus cuatros líneas mal enfocadas.

Ahora vamos con otra propuesta, desde el Grupo Parlamentario Socialista hemos intentado reglamentar el Fondo de Atención a la Infancia porque creemos que una partida que sale del dinero público necesita orden y transparencia, ¿por qué tiene hostilidad la Ciudad a regularizar cualquier asunto relacionado con la infancia? Cualquier propuesta que le llevemos en esta área es tumbada, pero ¿sabe la Ciudad lo que supone no reglamentar algo tan básico?

Supone desigualdad porque la ayuda no llega a todos los colegios por igual, porque no todos los colegios tienen el mismo protocolo, porque existen diferencias entre miembros de una misma familia, porque no siempre se sabe establecer cuáles son los productos de primera necesidad, porque no siempre se prioriza a los/as menores víctima de violencia de género, porque no sabemos el dinero que se destina cada año, porque carga toda la responsabilidad a terceros y, sobre todo, porque no tenemos posibilidad de evaluar el programa y, por tanto, de analizar si se están cumpliendo los fines para los que se creó el Fondo. Pero no, el Gobierno prefiere seguir ahogado en sus improvisaciones y descuadres.

Y la última observación del último Pleno del año, no por ello menos importante, la palpable complicidad del Gobierno local por mantener la actual situación educativa de nuestra ciudad. Hoy el Partido Popular ha tenido la oportunidad de tener un papel más activo a la hora de intentar canalizar acciones que nos lleven a la asunción de competencias en materia educativa y, en cambio, ha decidido cruzarse de brazos, votar que no a la propuesta que llevaba el Grupo Parlamentario Socialista para abrir el debate de las competencias en el Congreso y dejar a José Antonio Carracao sólo en la búsqueda de soluciones que nos lleven al cambio y a la mejora del índice del fracaso y abandono escolar en nuestra ciudad. Saquen ustedes las conclusiones, pero la seguridad de las mujeres, la Infancia y la Educación, están muy lejos de ser prioridades constante para el Gobierno de la Ciudad.