SAE

Hace casi 30 años la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó del catálogo de enfermedades mentales la homosexualidad y el Comité de Derechos Humanos ha condenado repetidamente la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género, sin embargo el aumento de la discriminación y la violencia contra las personas LGBTI demuestran la necesidad de continuar celebrando el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, al que este año se suma SAE con una clara reivindicación a los distintos sistemas de salud: mayor inversión en formación en materia de orientación e identidad sexual entre los profesionales sanitarios con el objetivo de romper estereotipos, concienciar y sensibilizar a los profesionales y ofrecer una asistencia inclusiva, libre de estigmas y de discriminación, teniendo en cuenta, particularmente, las necesidades específicas de las personas transgénero en materia sanitaria.

Un 10% de las personas LGBTI sufre discriminación en la asistencia sanitaria y este porcentaje aumenta a un 19% en el caso de personas transgénero, según los datos de la encuesta realizada en 2013 por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), que pone de manifiesto igualmente que un 47% de las personas encuestadas -93.000 en todos los Estados miembros de la Unión Europea y Croacia- son acosadas por su orientación sexual, un 26% son agredidas o amenazadas con violencia por sus preferencias y un 66% tienen miedo a ir por la calle de la mano de una pareja del mismo sexo.

Aproximadamente uno de cada cinco encuestados que acudieron a servicios de atención sanitaria (22%) o servicios sociales (19%) en el año anterior al sondeo sintieron que el personal de estos servicios les había tratado de manera discriminatoria por el hecho de ser transgénero: un 71% de las personas que solicitan asistencia relacionada con las necesidades derivadas de su identidad de género mencionan experiencias positivas con psicólogos, psiquiatras u otros espe­cialistas o profesionales sanitarios. Sin embargo, la tasa de satisfacción disminuye a menos de la mitad (45%) en lo que concierne a los médicos generalis­tas: El 20% afirma que su médico no parecía dis­puesto a ayudar, y el 10% indica que simplemente se negó a ayudar.

 “En este sentido, el 79% de las personas transgénero indican que una mayor variedad de opciones de tratamiento mejoraría su calidad de vida, por ello el sector público debe desarrollar estrategias que favorezcan la diversidad y la igualdad de trato en la asistencia sanitaria y fomentar servicios sanitarios específicamente destinados a las personas transgénero, garantizándoles un trato equitativo y respetuoso y facilitándoles el acceso a tratamientos de reasignación de género y, cuando no estén disponibles, apoyar a los individuos a acceder a este tipo de tratamiento en un Estado miembro de la Unión Europea que sí lo ofrezca”, explica Daniel Torres, secretario de acción social y formación de SAE.

La actualidad de estos datos viene marcada por el último informe, presentado en 2017, de la situación de la LGTBfobia de la Comunidad de Madrid, que recoge el análisis de 321 incidentes de odio registrados tanto en municipios de la región como en todos los distritos de la capital, o por el informe francés de 2017 presentado por SOS Homophobie donde se concluye que tras 2 años consecutivos disminuyendo el número de testimonios recibidos, la LGTBfobia progresa de nuevo en 2016 con un aumento del 19,5% de testimonios recogidos por la entidad, situándose las personas transgénero entre las primeras víctimas de esta subida (más del 76% de los testimonios).