riada mallorca

María Elena García, del Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta

Este viernes se cumplen diez días tras el desbordamiento del torrente que atraviesa la localidad mallorquina de Sant Llorenç Des Cardassar, que ha sido la causa de una trágica tromba de agua y barro que ha dejado tras de si a un millar de victimas, entre las cuales hemos tenido que lamentar la pérdida de trece de sus habitantes que el miércoles recibieron una sentida misa coronada por trece ramos de flores que simbolizaban el dolor de la tragedia.

Desde el "minuto uno" tras lo ocurrido y en medio del desconcierto, además de contar con la ayuda de cientos de voluntarios, se activó el protocolo de actuación en emergencias en el que intervienen los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), guardia civil, bomberos ,policía, Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y el Grupo de Intervención psicológica en Emergencias y Catástrofe (GIPEC), entre otros.

Es de merecida mención resaltar la labor de aquellos ciudadanos que actuaron como voluntarios y, especialmente de todos los grupos de emergencias, entre los que como refiere el padre de Arthur,  última victima de corta edad encontrada este miércoles, el haber recibido el inestimable apoyo  por parte de los psicólogos especializados en aquellos sucesos , que al igual que éste,  revisten tal gravedad que sume a los que lo padecen,además de en una profunda tristeza y dolor, en una incomprensión absoluta de lo ocurrido.

En estos duros momentos es cuando debemos poner en valor la importancia de contar con un grupo especializado , como lo es el Grupo de intervención de Emergencias y Catástrofes (GIPEC), con el que actualmente cuenta la Ciudad Autónoma de Ceuta a través del acuerdo formalizado con el Colegio Oficial de Psicólogos (COPCE), preparado para cubrir y gestionar situaciones de riesgo que pudiesen ocurrir en un futuro.