Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta (COPCE)

El Colegio oficial de Psicología de Ceuta sigue hablando de emociones y en este caso quiere compartir el artículo elaborado por el Grupo de trabajo “Gestión de las emociones en entornos  organizacionales” adscrito a la División de Psicología del Trabajo, las Organizaciones y los RRPP del Consejo General de la Psicología de España.

El trabajo es una fuente inagotable de emociones. La ilusión por ganar un nuevo proyecto, el miedo a ser despedido durante un proceso de reorganización, entusiasmarse por un posible ascenso, la tristeza profunda por el trato con pacientes o, incluso, la atracción romántica por un colega, son sólo algunos ejemplos de las emociones que experimentan diariamente las personas que integran todo tipo de organizaciones. Esto es, desde un punto de vista experiencial, es obvio que las emociones forman parte de la vida en las organizaciones; sin embargo, el estudio del comportamiento humano en las organizaciones y la gestión de personas, no han recogido esta dimensión hasta relativamente hace poco.

Como señala Steve Fineman (1993) en su obra “Emotions in Organizations”, los textos especializados ofrecen un perfil de organizaciones “emocionalmente anoréxicas”. Los enfoques en la gestión de personas que se han ido sucediendo, se han centrado en diferentes dimensiones del comportamiento humano, en ocasiones, en los movimientos físicos (taylorismo), en otras, en los aspectos cognitivos e, incluso, en algunas variables Bien es cierto que cada uno de estos enfoques aplica conceptos que tienen una dimensión afectiva. Por ejemplo, la fatiga suele asociarse con un estado emocional negativo; el compromiso organizacional tiene, entre sus componentes, uno afectivo; la cohesión grupal, se acompaña de sentimientos positivos hacia la pertenencia al grupo; o la tan estudiada satisfacción laboral, tiene un componente evaluativoafectivo.

Con todo, estos conceptos se refieren a las emociones de un modo general y un tanto inespecífico, sin abordar la plétora que encontramos en las organizaciones y su estructura (departamentos, equipos, redes, etc.).

En este sentido, el presente artículo pretende arrojar luz sobre esta cuestión, tratando de aclarar qué se entiende por emociones en los entornos organizacionales. En concreto, presenta una síntesis conceptual elaborada por el grupo de trabajo “Gestión de las emociones en entornos organizacionales”, adscrito a la División de Psicología del Trabajo, las Organizaciones y los RRHH (PTORH), que tiene como objetivo poner en valor el papel de la psicología en la gestión de las emociones en al ámbito laboral.

El estudio de las emociones en los entornos organizacionales es, claramente, un campo teórico y aplicado en el que no hay un consenso. En cierta medida, podemos decir que es, incluso, un campo confuso que debe ser ordenado, principalmente, por tratarse de una materia bastante reciente. Sin embargo, durante los últimos años, este panorama ha experimentado un cambio profundo. La investigación y su aplicación al mundo profesional han aumentado de forma exponencial (Barsade y Gibson, 2007). Es complejo explicar por qué las emociones se han incorporado tardíamente al estudio del comportamiento organizacional. Entre las causas de este retraso, puede señalarse la falta de claridad en los términos que se refieren a esta dimensión tan importante para la explicación del funcionamiento de las organizaciones, y con un intenso impacto en sus resultados, tanto en clave de rendimiento como de bienestar laboral psicofisiológicas