He atendido estos días con una mezcla de diversión, estupor y pena a un vodevil de acusaciones, mezcla de religión, sexo y poder, que ya quisieran para sí muchas telenovelas latinoamericanas. Por un momento se ha materializado el pronóstico de ciudad literaria que Mario Vargas Llosa imagino a las puertas de la Mezquita de Mulay El-Mehdi, pero en versión sainete tirando a astracanada, esperemos que con final feliz.

Hace unos días emitían en RTVCE los sermones de Ramadán. Un hombre, con una notable capacidad oratoria y poder de convicción, contaba en bendita lengua castellana, historias de las que se dejaban extraer conclusiones de calado moral.

Mi primera impresión antes de escucharle fue de absoluta repulsa, no veo con buenos ojos la religión en la televisión y menos de una religión sin arraigo en España, y que , a ojos de mi corazón y según mis modestas entendederas, tan mal cuaje histórico ha tenido, tiene y tendrá entre rifeños y yiblis (amén de otras tribus africanas). Kabilas, clanes y tribus guerreras cuya aceptación del Islam ha sido siempre muy sui generis, por aquello de haber hecho la guerra más que la paz y el amor.

Tras esta primera impresión escuché las bellas palabras, pero sobre todo el bienintencionado mensaje del discurso. Como lo poquito agrada y lo mucho cansa, enseguida estimé que mi persona no estaba entre los parroquianos potenciales del conferenciante.

Un conferenciante verdaderamente dotado de carisma porque entre su rebaño había narcotraficantes y es difícil hacerles entender que por mucho ramadán que hagas, por muy tapada que vaya tu mujer, por mucha limosna que des a los necesitados, por mucho que reces cinco veces al día, por mucho que vayas a La Meca y sepas recitar el Corán en verso, si eres narcotraficante vas directamente a los infiernos: al islámico, al cristiano y al judío. Y que en ese sentido no es como la cárcel, que si no te pillan no pasa nada. Mi total admiración por este hombre que tiene por delante una labor más ardua que la de todos los Grandes Patriarcas Bíblicos juntos. Le deseo con toda mi alma Fé y más valor que un torero.

Y ahí me quedé. Testigo privilegiado de un momento curioso de la realidad multirreligiosa de la ciudad-pueblo en la que he elegido vivir. Poco después saltaba a la palestra la denuncia, creo que por apología de la violencia de género, por una de las charlas que tuvieron lugar en la Mezquita de Benzú, llamada de Averroes o Ibn Rush, paradójicamente ese sabio cordobés que exiliaron los radicales de entonces por defender que la razón prima sobre la religión, quema de sus libros en plaza pública incluida.

Tras ver el video, agradecido por la denuncia que lo ha destapado, no pude concluir si lo que había dicho era legal, ilegal, constitucional o no, pero para eso están los jueces. Lo que sí pude concluir es la labia magistral y la cantidad de matices y sentidos pecaminosos que es capaz de dar una persona con su evocadora voz a una sola palabra: fornicadora. Que con su solo pronunciamiento hace estremecerse a la mismísima Santa María Magdalena, a la que encomiendo la resolución de este entuerto y que guie e ilumine, con su gracia divina, y sin hacer proselitismo, a las musulmanas pecadoras.

A las buenas seguidoras, según este Imán, de la palabra mahometana, les recomiendo más bien a San Judas Tadeo, patrón de las causas difíciles, popularmente llamado abogado de los imposibles. Me da a mí que la moda saudita tan útil por Arabia para pasar desapercibida, no resulta igual de discreta para la vida cotidiana en España y consigue justo lo contrario que se propone: llamar la atención. Sobre todo en la playa a 30 º.

Aún estamos en proceso de implantación del No Robarás a nivel nacional y el No Matarás a nivel más local, y resulta que algunos adelantados nos quieren dar ya la siguiente lección de lo de No Fornicarás, que según renombrados eruditos del Islam con ideas frescas, es más fácil si te perfumas, te depilas el entrecejo, y te pones tacones. De lo de qué hacer si te pega tu marido o si te pega tu mujer, creo que no ha dicho nada, esperemos no tire de hemeroteca interreligiosa y recurra a la consabida resignación cristiana.

Tras la denuncia que pone en el candelero la violencia de género, auténtico calvario que afecta a todas las comunidades religiosas y no religiosas, de oriente y de occidente, vino el cruce de declaraciones que por un momento parecieron sacadas de un programa de telerrealidad que no visiona previamente sus contenidos.

Que si ofensas al Islam, que si pido perdón pero eres una loca antimusulmana, que si pasamos el muerto al juez, manifestaciones a favor del Imán con especialistas femeninas en anatomía que nos aclararon que debajo del pañuelo tienen cerebro como todo el mundo, pero no nos aclararon si los hombres por no llevarlo también lo tienen….y las consecuentes tomas de postura a favor o en contra de unos y otras… las declaraciones más sensatas a mi entender fueron por parte de musulmanas que efectivamente tienen cerebro y que además de tenerlo lo usan.

Los que atacaron furibundos la caricatura de Mahoma (que no es ni graciosa tipo El jueves) parece que han salido igual de furibundos a defender las palabras del caricaturizado, lo que supone todo un hito en la historia de la teología moral y para mí es un misterio aún mayor que la Santísima Trinidad. A la espera estoy de saber cómo la libertad de expresión se defiende en unos casos sí y en otros no. Ante la espera, mejor no usar turbante, ni salir con una bomba en la cabeza, que te pueden acusar del grave delito de ser una caricatura.

Los de la denuncia, a mi juicio bienintencionada y necesaria, llaman al del grupo árabe para aclararnos que su partido no es antimusulmán. Y piden responsabilidades a los de la tele. Los que mandan poner luces en las mezquitas para una fiesta de ayuno y recogimiento, saben que el protectorado y los Jalifas acabaron en el 56 y que estas noticias a nivel nacional perjudican a Ceuta. También saben que como defensor de los creyentes tienen al Papa Francisco, aunque sospecho que es porque no conocen el rollo que lleva M6, que posee esa modernidad tan postmoderna que le permite hacer a la vez cosas aparentemente contradictorias: defiende el Islam como Príncipe de los Creyentes pero le queda tiempo para sus líos de París, recibe a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos de España pero le falta tiempo para reclamar Ceuta y Melilla.

El carnaval del año que viene tiene material suficiente como para no perdérselo. Espero que lo emitan por televisión y sin censura. Desgraciadamente seguirá habiendo violencia de género, maltratadores y maltratadoras. Y fuegos que apagar.