- Si alguien cuestionaba la capacidad del rey Mohamed VI de devolver la calma al gobierno de su nación, ha quedado muy claro que no sólo ha demostrado, que ha sabido airear la tempestad, sino que además ha traído una calma ejemplar con las nuevas modificaciones gubernamentales.

El hecho de presentarnos seis caras femeninas frente a la única imagen que teníamos del anterior mandato es muy significativo. Da muestras de que está apostando por ofrecer una imagen de un Marruecos moderno y por supuesto ejemplar en materia de igualdad como país árabe.

El rey ha sabido mostrar su fortaleza siendo políticamente correcto con el partido islamista (PJD), apartándolo de carteras relevantes, y sumiéndolo en la gestión de responsabilidad local, y por otro lado creando nuevas carteras, ocho más, con el objetivo de que el RNI (Reagrupamiento Nacional de Independientes) obtenga su espacio en el gobierno. La repercusión mediática que provocara los continuos ataques del Secretario General del Istiqlal, Hamid Chabat, contra Benkirán, le ha costado el tener que soportar que Mohamed Wafa, continúe con una cartera ministerial. Éste fue quien lo desafió negándose a dimitir y además reconociendo antes los medios, que es el rey quien tiene la primera y última voluntad para decidir esto. Dicho y hecho. Amén o lo mismo es, “amin”.

Para España va a resultar este nuevo gobierno un camino donde impere la estabilidad de las relaciones hispano-marroquíes, con dos brillantes perfiles, por un lado el ministro encargado de los marroquíes residentes en el extranjero y asuntos de emigración (MRE.), Anis Birou, con formación en economía y profesionalizándose en la administración pública, en áreas de logística, planificación y en el ámbito educativo posteriormente. Por otro lado, Salaheddune Mezouar, es el nuevo ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del reino alauita.

Quedémonos con este nombre, el del ministro, Salaheddune Mezouar, nombre del cambio que Marruecos precisa para encumbrar su posición dentro de los países de la Unión Europea y América, junto a Mbarka Bouida, Ministra Delegada de Exteriores. Sus resultados con su anterior homólogo Otmani, aportan su perfil ejemplar para encomendar tareas diplomáticas.

Ocho carteras más de las habidas en el anterior gobierno, seis de ellas ocupadas por mujeres, dos de ellas, la del Ministerio de Solidaridad Familia, Mujer y Desarrollo Social, Basima Hakaui, será el nombre de la esperanza para muchas mujeres marroquíes; y el de Fatema Maruán, Ministra de Artesanía y Economía solidaria, que resultará fundamental para el sector de la agricultura tan representado por las mujeres del campo.

Así pues, la diplomacia marroquí, se vislumbra del color de la experiencia, responsabilidad y contemporaneidad. Un respiro para los marroquíes, una ilusión real para quienes apostamos por las necesarias relaciones hispano-marroquíes.