Pero no por la opinión generalizada, sabemos que las costumbres no se quitan de un día para otro, y que cuesta implantar una pedagogía de género capaz de proyectar la relación que tienen los estereotipos con el machismo, la desigualdad y la violencia de género, sino por el papel que juega quienes tienen que transmitir la información. El hecho de que nos hayan dedicado una editorial ridiculizando la lucha por la igualdad, cuando cumplen un papel formador y tienen un protocolo que cumplir, es preocupante.

La violencia de género donde el hombre acaba asesinando a la mujer es el extremo de la desigualdad. La violencia de género tiene sus causas y su origen, también sus manifestaciones. Hay muchos tipos de violencia de género y la consideración de situar a la mujer como escaparate es uno de ellos. Nunca vamos a terminar con el maltrato y el abuso de poder si no educamos en igualdad desde edades tempranas, y eso conlleva acabar con ciertas costumbres que perpetúan la sumisión.

Esta sumisión y el control se produce por los roles de género y los estereotipos que la historia y la sociedad atribuye. El hombre que mata lo hace por control, igual que el que acosa, el que considera que la mujer tiene que cobrar menos o no ocupar puestos de poder. También quienes atribuyen a la mujer el papel del cuidado o el que o quienes utilizan su cuerpo como objeto de distracción u objeto sexual. Es un continuo que necesita ser entendido por todos los agentes, si de verdad queremos conseguir la igualdad.

Es positivo saber que son cada vez más los territorios y los partidos políticos que están quitando estos concursos de belleza, eso nos proyecta positividad en esta lucha que sabemos que no es fácil, pero que no vamos a dejar de hacer. Dicho esto, recalcar que no somos un partido político al que se le tiene que exigir fiscalizar y llevar los temas a los juzgados, porque ellos son nuestros representantes, a pesar que sí hemos llevado a fiscalía cuestiones que recogen nuestros estatutos. Somos una asociación, sin ánimo de lucro, que lucha por la igualdad, y que se ha transformado en una plataforma ciudadana para recoger reivindicaciones de las personas, a veces pueden gustar más y otras menos, pero todas son sujetas al respeto.

Si hay que insistir en la igualdad, mucho más tenemos que hacerlo para hacer ver a las personas que son instrumentos de cambio político. No estamos concienciados en los movimientos sociales reivindicativos, y es una lástima que no haya más asociaciones como esta o, incluso, el escaño 26 o la oportunidad de poder acceder a los Plenos para plantear cuestiones que los políticos que están ahora no ven. Son más de trescientas denuncias las que llevamos, de las cuales todas han tenido conocimiento los distintos grupos políticos con representación en la asamblea, así como nuestras propuestas.

Por último, condenamos el último caso de violencia de género que ha ocurrido en nuestra ciudad. Seguimos insistiendo en la importancia del protocolo, en campañas de sensibilización y en practicar acciones en paralelo a los discursos y las legislaciones”.

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