consejo ministros sánchez
Sánchez, con sus ministras y ministros.

Inmaculada Pilar Gracia

En una semana hemos cambiado de gobierno. De gobierno y de toda la escala desde un ministro hasta todos los directores generales de España. Entre la presentación de la moción de censura y el primer nuevo Consejo de Ministros no transcurrieron mas que unos días. En un pis pas se desmonta todo el aparato del Estado y se hace impidiendo a la ciudadanía que sea la que haga ese desmonte y se impide, por tanto, que se forme un gobierno legítimo, por mas que sea un gobierno legal. Cuando conocimos el nombre de los ministros no sabíamos si era un Consejo de Ministros o los miembros de la casa de Gran Hermano VIP porque eran “personajes” muy mediáticos, muy conocidos.

Que un periodista se queje del escarnio público de su persona que hace la prensa y llame a sus propios compañeros "jauría", un señor que ha despellejado a cualquiera en programas de televisión hasta ayer mismo, es la repera. Que a menos de una semana de creación del nuevo gobierno interestelar uno de sus ministros estrella tenga que dimitir porque defraudó al fisco casi un cuarto de millón de euros, quizás nos da la medida de la calidad y la cualidad del "supergobierno" que tenemos. Un gobierno que se autoproclama adalid de la regeneración y caballero de brillante armadura contra la corrupción, resulta que no puede soportar ni un análisis de honestidad y recibe, como se suele decir, “la primera en la frente”. No señor Huerta, no; usted no dimite porque “ame la cultura”, la cultura la aman, por ejemplo, esos profesionales de las bibliotecas del Estado que jamás podrán defraudar a hacienda un cuarto de millón de euros, pero que desempeñan su trabajo con honestidad. Usted dimite precisamente por carecer de eso, de honestidad y después de su discurso de “despedida” también sabemos todos los españoles que carece usted de vergüenza.

Al mismo tiempo que el exministro nos insulta con su dimisión llena de cretineces y mentiras, salta la noticia de unos Guardias Civiles que arriesgando sus vidas y sin dudarlo se han tirado al agua a salvar a una treintena de subsaharianos… Esos a los que este “gobierno interestelar” aun no ha dado su apoyo a la legítima petición de equiparación salarial. Si ha tenido tiempo el novísimo gobierno de levantar la intervención de las cuentas de la Generalitat y, según se cotillea, planificar unas mega reforma en el Palacio de la Moncloa. Ha tenido tiempo incluso para ponerse de cara a las bases de su propio partido en el tema de la gestación subrogada y de nombrar a una ministra de igualdad que entiende, en relación a este tema, que “no se tiene un derecho a ser padres”; menos mal que es ministra de igualdad y no de economía…

Hemos perdido la cuenta de la cantidad de dimisiones “inducidas” que nos han regalado el PSOE y el PP que mano a mano llevan desde que desapareció la UCD sucediéndose en el Poder Ejecutivo cual “dinastía carolingia” del bipartidismo, con la inestimable colaboración de nacionalistas vascos y catalanes. No hay ni un solo gobierno de estos dos partidos que haya carecido de escándalos de corrupción mas o menos graves. Desde hace unos años la proliferación de partidos de nuevo cuño está haciendo que se tambaleé el trono del bipartidismo pero el miedo a perder el poder hace que sean capaces de “ponerse de acuerdo” en la sucesión incluso a costa del interés general.

Necesitamos un gobierno fuerte y decidido a atajar los problemas de la gente que son muchos, no necesitamos ministros que sean estrellas rutilantes, necesitamos ministros capaces, honestos y punto.