- Si hablamos de un maestro de Educación Especial, licenciado en Psicopedagogía, que trabaja como conferenciante, y que además ha tenido “sus pinitos” en el ámbito de la cinematografía (siendo nominado en el 2010 a los Premios Goya en la categoría de “Mejor Actor”)… ¿En qué tipo de persona pensamos?.

Y si junto a esto os dijese que tiene Síndrome de Down, ¿la percepción cambia verdad?... ¿Y por qué?. Por los prejuicios. Hemos avanzado mucho, pero hay temas que tanto en el ámbito social, como en el educativo son cómo “tabúes”.

Pablo Pineda es un gran ejemplo de superación, que hizo oídos sordos a esas trabas y tabúes. Todo lo anterior dicho ha sido conseguido por él, por su propio esfuerzo y constancia, sin embargo, no se le deja ejercer de docente por su “discapacidad”… Dicha “discapacidad” con la que SI le dejaron matricularse y sacar adelante su formación.

Y digo yo… si ha tenido el nivel cognitivo y las habilidades suficientes para llegar al grado de conocimiento y destreza requeridos ¿por qué no se le deja ponerlo en práctica?.

Él mismo ha dado muchas charlas y ha sido entrevistado en programas de actualidad como “ Viajando con Chester”, “Un Mundo Mejor”, entre otros muchos.

Cuando el niño (Pablo Pineda) llega a preguntarse: “¿soy tonto?, con una edad tan temprana, quiere decir que alguien le ha hecho cuestionarse eso. Todos los comentarios de sus principales figuras de apego entorno a la edad de cinco años: familia, maestros, sus primeros círculos de amigos…Van a condicionar la forma de ser y la imagen que estos formen de sí mismos. Hay que tener mucho cuidado con el “poner etiquetas”. “No somos etiquetas, somos personas y todas las personas somos distintas, por tanto los Síndrome de Down también”.

La diferencia que hay entre Pablo y otras personas, es que a él, se le dio la oportunidad de seguir llevando una vida “normal”, como cualquier otro niño de su edad: Ir al colegio, jugar con sus amiguitos… Pero poco a poco iba escuchando comentarios como: “Pobrecito está malito”, o en referencia a sus rasgos físicos, desde su grupo de iguales. Inculcados como no, por los mayores, ya que si desde chicos lo han considerado como uno más, esta imagen sobre él no debería cambiar. La gran suerte es que Pineda tuvo a su familia “ al pie del cañon”: “puedes hacer todo lo que te propongas”. Su familia creía en él, y su confianza y creencias le han hecho ser quien es hoy en día.

Tal y como le dijo a Pepa Bueno, “no te ofendas, pero tú no eres Naomi Campbell, cada uno tienes sus diferencias y limitaciones, pues esto, es lo mismo”.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención en unas de sus entrevistas, fue cuando Bertín Osborne le pregunta: “¿Para tí que es lo peor y lo mejor de tener Síndrome de Down?”. Su respuesta fue: “Lo mejor, nuestra alegría y nuestros sentimientos a flor de piel”, “y lo peor no está en el Síndorme de Down, está fuera, en las barreras y prejuicios de la sociedad, eso es “lo que “afea” al Down”.

Quitemos el NO puedes por el SI puedes, démosles la ayuda y herramientas necesarias para que puedan crecer interiormente como todos los demás. Al igual que hacemos con un niño con deficiencia auditiva, o deficiencia visual… ¿Los tratamos de por vida como niños chicos?, ¿por qué a las personas con Síndrome de Down sí?. Desde mi punto de vista esto es debido al desconocimiento, la ignorancia, la hipocresía y el “etiquetado”de la sociedad, junto al miedo que sienten algunas familias a que sus hijos fracasen… Lo que deberíamos plantearnos es: ¿Cuánta gente sin Síndrome de Down ha fracasado?, MUCHAS y, ¿cual ha sido el principal motivo del fracaso?: “EL NO INTENTARLO”. “El aprendizaje se produce a partir de la interacción entre distintas personas”, palabras de este gran psicopedagogo, quedémonos con eso…

Hay que reflexionar sobre sus palabras, debemos cambiar nuestras mentes al ritmo que la sociedad evoluciona, dejando los prejuicios a un lado para poder ver más allá de ellos.

Pablo Pineda, desde mi punto de vista nos da un gran ejemplo de humildad, positividad, atutenticidad, tolerancia, valores que son esenciales en la educación de un niño.

Por tanto si queremos que la sociedad del futuro, muestren esta serie de valores debemos inculcárselos desde pequeños, y esto no se inculca poniéndo trabas y barreras a personas como este gran genio ( ya que para mí lo es ). ¿Qué estamos enseñandoles con eso?

Debemos predicar con el ejemplo, nuestros hijos y alumnos son el futuro y el reflejo de las creencias que les inculcamos y los hechos que observan durante su infancia.