En primera instancia, quiero decir que quien se sienta ofendido con este artículo, lo hace por criterio propio ya que no existe la intención de ofender a nadie en este escrito. Es meramente una opinión. Hace unos días asistí, para tener algo de material que introducir en este artículo que ahora redacto, a una huelga “feminista”. Bien, de buenas a primeras muchos de vosotros ya estaréis diciendo, este es un “facha” (ni siquiera defiendo el fascismo), y bien, os preguntaréis: ¿Por qué has puesto el término feminista entrecomillado?

Porque una huelga no puede ser considerada feminista si, primero, las mismas promotoras de la huelga dicen que para ser feminista hay que ser de izquierdas. Gritaban y rogaban el nombre de ciertos sindicatos de los cuáles ya sabemos su orientación hacia la izquierda. Y segundo, va orientada a luchar contra partidos políticos concretos, aquí podemos notar que ya no solo defienden los derechos de las mujeres, cosa que me encanta que se haga y opino que los derechos ganados deben mantenerse, así como conseguir la verdadera igualdad, pero también hay inscrita una lucha política.

Se mencionó a cierto partido por querer modificar la Ley Contra la Violencia de Género. Como dato extra, esta ley fue propuesta por el PSOE y votaron a favor muchos partidos, entre ellos el PP. Por cierto, VOX no es el único partido que ha querido cambiar la ley, Ciudadanos hace unos años también quería, parece que esto se ha olvidado ya. Pero, ¿qué es lo que causa exactamente tanto conflicto con esta ley? La base de esta cuestión es porque esta ley forma parte de un proyecto utópico.

Una prueba que tenemos es el primer artículo 1 de la ley u objeto de ley:

"La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia".

Solamente en la primera línea vemos que la ley está inspirada en la ideología. Se ha hecho en base a una hipotética relación de poder que todos los hombres ejercen sobre todas las mujeres. La ideología nunca debe convertirse en ley, porque eso significa hacer parte de la justicia a algo que solo beneficia a unos pocos.

Todo lo que he mencionado forma parte del hembrismo, pero este movimiento no representa a la verdadera lucha feminista. Una lucha que hoy en día suele librarse en países islámicos, como la lucha contra el hiyab en Irán, una lucha sin chiringuitos políticos, una lucha que de verdad porta como estandarte la igualdad de la mujer y su relevancia en estos países.

Los logros en Occidente de la lucha feminista, que tenían como objetivo la verdadera igualdad, fueron traídos por la primera oleada. Que trajeron hasta el sufragio femenino, un claro ejemplo de esta lucha es Clara Campoamor, que aunque fuera de la Segunda República a la que personalmente considero un proyecto ilusorio y con una política infantilizada, lo cierto es que hay que resaltar los puntos positivos de todos y en esto de los derechos de las mujeres fueron pioneros. Bien, mujeres como esta eran feministas, ya que buscaban una igualdad verdadera.

En conclusión, opino que la lucha feminista se ha desviado demasiado y montado demasiados chiringuitos políticos, motivo por el cuál apoyan a la izquierda y tienen miedo del ascenso de la derecha, que parte de la última busca una verdadera ley de violencia intrafamiliar que ampare a todos los individuos del hogar.