- Hoy 4 de noviembre Luis Carlos cumple 35 años, esta vez no podrá ser como las anteriores, nada será igual en nuestras vidas, cuando lo celebraba, rodeados de amigos, en algunos de los pubs de nuestra ciudad.

Su cumpleaños siempre era un motivo especial de alegría, lo disfrutaba como nadie, era feliz viéndose rodeado de su gente, nos tenía dos días preparando lo que iba a ser ese momento que siempre consideraba especial. Ya nada podrá ser igual, la diosa fortuna lo ha castigado, hace más de 8 meses que está padeciendo una tragedia, su cuerpo se resiste a marcharse, su juventud y ganas de vivir luchan diariamente desafiando a todas las previsiones médicas, pero cada vez su debilidad es mayor y su resistencia se va agotando con el paso del tiempo.

Siempre fue la persona más feliz del mundo, desbordaba alegría y optimismo; dispuesto en todo momento a echar una mano donde hiciera falta, su concepto de la vida era de disfrutarla al máximo, de sacarle todo, de exprimirla. Para él no existían días malos, hasta las malas noticias las decía con una sonrisa que te quitaban el problema. Querido por muchísimas personas, yo diría que por todos; el tiempo y la enfermedad nos han hecho ver como se le quería. Dispuesto siempre al trabajo, tuvo la gran suerte de trabajar en lo que más le gustaba, era feliz allí, quería a sus compañeros y siempre fue leal y honrado con los jefes, había acertado al elegir su profesión.

En la pantalla de su teléfono aparece una frase de la escritora Marguerite Yourcenar que dice: “Siempre hace falta un golpe de fortuna para desafiar el destino”, él no ha tenido ese golpe de fortuna, más bien todo lo contrario. No maldigo nada ni a nadie, solo que como padre tengo que expresar unos sentimientos que me ahogan, necesito deciros lo bueno que siempre fue mi hijo, necesito que Ceuta sepa lo agradecido que le estamos a toda su gente, deciros cuanto apoyo hemos recibido desde todos los lados, de cómo se le trata en nuestro hospital Universitario, donde todo son atenciones y cuidados. Por Luis Carlos se ha rezado en Iglesias, Mezquitas, Templos y Sinagogas; cientos de ceutíes han pedido al Todopoderoso que lo saque, que lo devuelva a la vida, que podamos seguir teniéndolo, solo Él sabe lo que tiene que hacer, yo sigo rezándole todo los días.

Ceuta nos ha demostrado, que cuando queremos, no nos separa ninguna creencia, ninguna religión, sino todo lo contrario. Con mi hijo se nos ha dado una muestra de amor difícil de superar, desde que cayó enfermo en el mes de febrero, todos han estado pendiente de cómo evolucionaba, las visitas al Hospital de Cádiz y las llamadas eran interminables, la atención médica en la capital gaditana fue excepcional.

En los primeros momentos de su enfermedad, cuando parecía que la iba a superar, él nos transmitía optimismo, nos animaba, había aceptado lo que le pasaba y estaba dispuesto a luchar por superar ese trance. Después todo fue a peor, se pasó de creer que todo sería un mal sueño a una realidad tremendamente dolorosa, aparecieron unas secuelas terribles que fueron mermando su capacidad. Hoy sigue luchando en una cama de nuestro hospital, sigue aferrado a la vida. Nosotros, sus padres, pensamos que todavía puede suceder ese milagro que nos lo deje vivo; es prácticamente imposible, pero Dios es grande y su Misericordia infinita.

Hoy más que nunca, en su cumpleaños, en ese día tan especial en Él confiamos.