Muy al contrario, el tiempo juega en contra de las víctimas, pues con posterioridad al impacto inicial del hecho traumático, cuando aparentemente se regresa la tranquilidad y la seguridad de un hospital, del hogar o del abrigo familiar, se crea el caldo de cultivo por el cual el sujeto afectado podrá experimentar, más tarde o temprano, los típicos síntomas del Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), como así ha ocurrido en el último de los casos mencionados anteriormente, diez días después de que un desalmado disparara a bocajarro a Hicham, y que ha requerido de la atención del Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (GIPEC-Ceuta) en el mismo Hospital Universitario donde aún se halla convaleciente de sus heridas.
Los sujetos que padecen esta sintomatología experimentan reiteradamente recuerdos insistentes del acontecimiento traumático (flashback y pesadillas), entumecimiento y embotamiento emocional (evita las actividades, lugares, pensamientos o conversaciones que se relacionan con el trauma), e incremento de la alerta o hipervigilancia, lo que añade más ansiedad e irritabilidad al estado psicológico de las víctimas. Es por ello que el COPCE vuelve a recordar a la ciudadanía y a los intervinientes en emergencias (sanitarios, policías, bomberos, etc.) que tanto ellos como las víctimas pueden experimentar el malestar generado por éste y otros trastornos, y que actualmente cuentan con un servicio psicológico de emergencias que se dirige raudo y veloz al lugar donde se requiere, pero que en la mayoría de los casos no se está solicitando, en buena parte, por la falta de información y promoción de la existencia de este servicio.
Así mismo, el COPCE recuerda que la intervención precoz de estas personas impactadas por hechos traumáticos, mejora el estado psicológico de supervivientes y familiares y previene futuros trastornos psicológicos más graves, por lo cual se reducen los costes sanitarios de los tratamientos farmacológicos, no siempre indicados, y se mejora la calidad de vida de las personas afectadas. Por todo ello animamos a los ceutíes y a los intervinientes a propagar la voz y a solicitar los servicios del GIPEC siempre que lo requieran, pues están en su derecho de recibir atención psicológica en estos tipos de situaciones.