Susana Iñesta

-Buenas.¿Es está la cuidad de Ceuta?

-Sí. Sea bienvenido.

-¿La de la convivencia en la multiculturalidad?

-Sí, bueno, pero no todos los días.

Y el fin del Ramadán no es uno de esos días. 

Quejas y más quejas por el reducido número de taxistas trabajando, o por los puestos cerrados en los mercados. Como si fuese algo extraordinario y sorprendente. Como si no supiésemos que iba a ser así.

Pero claro hay quien no se para a pensar que los trabajadores autónomos tienen la potestad de decidir qué día se toman un descanso, ya sea en día laborable o festivo. El estanquero de mi barrio cerró un viernes laborable y nadie quiso crucificarlo. Tuvo sus motivos. 

Pero andamos a vueltas con la festividad del Eid y un sector de la población ceutí no lo acepta. ¿Motivos? Muchos. Entre los que se comentan en público, la imposibilidad de conocer con antelación cuando será ese día en 2018. Vale, aceptó pulpo como animal de compañía. Pero impedir que casi la mitad de la población de Ceuta festeje un día tan importante en su cultura, a mí personalmente, me parece incomprensible y de una ausencia total de empatía. 

¿Qué festejan el día de jueves santo? Que se une a un viernes y un fin de semana y se pueden ir a la península. 

Pues en mi pueblo no es y no recuerdo que haya sido festivo no laborable nunca, aunque si lo es el lunes de pascua, día en que las compras las has de hacer en la gasolinera o en un chino.

Y si a la polémica de la festividad del Eid se une la de la posible inclusión del árabe en  las aulas, apaga y vámonos. 

Salen a relucir los que prefieren aprender chino. 

Pues hay cinco comunidades con lengua cooficial. Espero que nunca pasen a concurso de traslado en ninguna de ellas.