Inmaculada Pilar Gracia

Pasado el primer asalto electoral conviene “digerir” los resultados y reflexionar un poco. Después que los extremos políticos de nuestra ciudad le hicieran la campaña al PSOE no es de extrañar que estos se alzaran con el Diputado y los dos Senadores. Si dicen que el amor mueve montañas es evidente que el miedo, falsamente insuflado, también. Por otra parte, es curioso que el PSOE gane en determinadas zonas después de haber asumido la gestión de los Planes de Empleo. Si sumamos las palabras empleo y PSOE es inevitable que suban hasta nuestra mente Andalucía y los ERES, o los gastos en prostíbulos de los dirigentes de  la FAFFE, la federación andaluza creada para formar a los parados. Si a esa ecuación le sumamos que a escasos días del resultado electoral descubrimos que cada español pagará unos 1000 euros extra al año en impuestos, acabamos de hacernos una idea de lo que nos espera. Cada cual sabrá a que le tiene miedo, que dicen es libre, como votar o no, y a quién; ¡faltaría mas!.

Cualquiera que sepa moverse un poco entre fogones sabe que un soufflé es un plato ligero que se obtiene mezclando claras batidas a punto de nieve con alguna masa densa, como puré de patatas, de frutas etc… y que durante el horneado se infla mucho para bajar hasta casi por debajo del nivel del recipiente. En España, primero la extrema izquierda y ahora la extrema derecha, han hecho “efecto soufflé” en mayor o menor grado. La extrema izquierda consiguió su subidón en el 2015, propiciado por la crisis económica y el hartazgo de la gente hacia los políticos “profesionales”. La mejoría económica, y la propia incoherencia interna, han hecho que después de cuatro años se desinflara  hasta reducirlo a mera comparsa de los socialistas. El soufflé de extrema derecha lo vemos ahora tras el cristal de la puerta del horno bien subidito y brillante en nuestra ciudad; a nivel nacional el caballo ha terminado por ser un pariente lejano de Platero. El pre subidón andaluz no ha llegado hasta Madrid. Las sucesivas avalanchas en la frontera, los altercados con los MENA y el consiguiente aumento de la inseguridad en la ciudad, o las soluciones de “barra de bar” de la extrema derecha, que en boca de los políticos pueden parecer factibles, todo ese cóctel, removido y agitado por uno de los partidos localistas, ha propiciado este “segundo plato souffletero”. De nuevo el miedo toma las riendas del sentido del voto. Pero lo que realmente da miedo es la absoluta falta de responsabilidad de unos y otros al usar como arma electoral la religión, la absoluta falta de respeto por los sentimientos religiosos en una ciudad como la nuestra. Hasta cuando se mantendrá este ascenso solo el paso del tiempo nos lo dirá.

Esta subida del soufflé de extrema derecha entre nosotros no es mérito suyo, sino del abandono en el que el bipartidismo del PPSOE mantiene a Ceuta y al consiguiente, y brutal voto de castigo que ha recibido el PP, que no es de extrañar teniendo en cuenta que  lleva gobernándonos 18 años con mayoría absoluta y somos la región con mas paro de toda Europa, por citar un dato de actualidad. Con ese dato también brutal ¿cómo es posible que el gobierno de la ciudad gaste 57.000 euros en cada una de las farolas para la Gran Vía?; con la ingente cantidad de dinero recibida para los MENA ¿cómo nos hacen pasar por la vergüenza de querer devolver esa competencia?. Lo cierto es que el descalabro del PP, tanto a nivel local como nacional, lo coloca en una complicada situación que a algunos recuerda tiempos pasados de nuestra democracia.

Ciudadanos obtiene sus mejores resultados electorales tanto a nivel nacional, alcanzando prácticamente al PP quedándose a un punto en porcentaje de voto, pasando de 32 a 57 escaños (un 80% mas); como a nivel local, creciendo en todos los distritos de Ceuta, afianzándose definitivamente como opción de gobierno. Frente a la crispación generada en nuestra ciudad entre “los soufflés”, y el abandono e inoperancia del PPSOE, ésta formación política se presenta como un marco de responsabilidad, trabajo y eficacia centrada en reflotar Ceuta hasta la realidad del siglo XXI. Si con un solo Diputado consiguieron algo tan positivo y práctico como la gratuidad de los libros de texto para las familias, ¿se imaginan si gobernaran?.

Los resultados de estas Elecciones Generales han marcado el fin del bipartidismo, el rodillo que ha potenciado las profundas desigualdades territoriales en nuestro país. Sería muy positivo que también desapareciera en nuestra ciudad, de tal forma que “aireáramos” nuestras instituciones, permitiendo gobernar a otras opciones políticas que desde la responsabilidad pueden ofrecer a  Ceuta, y a sus habitantes, un futuro mejor.