- Comienzo este artículo, como no podría ser de otra manera, lamentando cada una de las muertes de inmigrantes subsaharianos en sus intentos de buscar una vida mejor.

Cientos de hombres, mujeres y niños aguardan al otro lado de la frontera el momento oportuno para conseguir el sueño anhelado, tan solo una valla les separa de él. Pero como siempre, tras un sueño se esconden quienes tan solo buscan el enriquecimiento, las mafias, y en su empeño no dudan en arriesgar incluso el bien más preciado, la vida humana.

Como defensor de la vida no puedo permitir, que unos pocos utilicen esta tragedia humana como arma arrojadiza en sus disputas políticas, tal y como escenificaron el pasado sábado quienes se manifestaron en nuestra ciudad. Representantes que esgrimieron diferentes consignas en la defensa de sus argumentos, aunque contrarias a los intereses de quienes vivimos al otro lado del perímetro fronterizo. ¿Cómo justificar la exigencia de “paso libre” a la inmigración en las circunstancias actuales?

Todos somos conscientes respecto a que el terrorismo yihadista es actualmente el principal problema para la seguridad de occidente, tenemos pruebas palpables de ello. Y también somos conscientes de que los terroristas yihadistas usan redes de tráfico de personas para regresar a sus hogares camuflándose entre los cientos de refugiados que huyen de las zonas de conflicto. Por tanto, como defender la flexibilización de nuestras fronteras, las que nos protegen de quienes pretenden atentar en nuestras ciudades, en nuestra calles.

Mientras todos los países de nuestro entorno promueven la adopción de políticas de prevención, persecución, cooperación y sanción penal contra esta nueva forma de terrorismo, aquí en Ceuta, frontera terrestre con la principal zona de captación de terroristas del norte de África (Castillejos), un grupo de personas exigían flexibilizar el paso de inmigrantes. ¿Estamos locos? La unidad se hace necesaria contra todos los que amenazan nuestra democracia, y en estos momentos sabemos quiénes son.