Silvio Ageloff

Resulta llamativo el silencio de los medios de comunicación españoles, así como la indiferencia de los ciudadanos, sobre la inmigración masiva y el diario rescate de miles –ha leído bien, miles– de personas que quieren llegar a Europa. Un silencio malicioso, cabría decir. ¿Por qué malicioso? Tal vez porque de lo que se trate es de no dar detalles, ni pocos ni muchos, de que esta inmigración masiva y los rescates en el Mediterráneo forman parte de una perversa planificación del Sistema para reemplazar la población autóctona europea por poblaciones venidas y/o traídas de países islámicos y/o de la negritud. Ya no cabe duda de que es una invasión programada de la que los medios no dan detalles, tan solo se limitan a dar fe del número de rescatados y ahogados. Y fin de la historia.

Se sabe que barcos de ONG se sitúan enfrente de la costa de Libia, entre 8-12 millas náuticas, llamada Zona de Rescate, y en vez de llevar a los rescatados al puerto más cercano, que es el puerto de Zarzis, en Túnez, que se halla sólo a 60 millas náuticas de la citada Zona de Rescate, los llevan al puerto italiano de Pozallo, en Sicilia, a 275 millas náuticas de la Zona de Rescate. Es decir, atraviesan todo el Mediterráneo. De qué se trata: ¿de rescatarlos o de introducirlos en Europa? Usted mismo, lector.

A este respecto, el Fiscal Jefe de Catania, Carmelo Zuccaro, ha abierto una investigación sobre presuntos contactos entre ONG y traficantes de seres humanos. Zuccaro ha manifestado que tiene en su poder informes de FRONTEX –Agencia Europea de Vigilancia en Fronteras y Costas– en los que se evidencia una fuerte caída de peticiones de socorro por parte de las pateras en riesgo de naufragio porque traficantes de seres humanos llaman directamente a las ONG y se ponen de acuerdo con ellas. Esos informes añaden que los barcos de las ONG actuarían como una especie de TAXIS: los traficantes hacen entrega de los inmigrantes a las ONG a pocas millas de la costa de LIBIA, lo que hace imposible arrestar a esos delincuentes.

El mismo director de la agencia europea FRONTEX, Fabrice Leggeri, ha considerado una “paradoja” que las ONG desplegadas en el Mediterráneo central realicen tantos rescates en comparación con el despliegue oficial, y ha afirmado, citando a migrantes supervivientes, que las mafias facilitan a los ocupantes de las pateras los teléfonos de estas organizaciones. Por los “testimonios” de los supervivientes, FRONTEX ha constatado que “en algunos casos los traficantes dan teléfonos a los migrantes con los números de las ONG”. Leggeri ha rehusado dar más detalles o el nombre de las organizaciones argumentando que existen procesos abiertos.

De todo esto se podría deducir que el papel de las ONG en el asunto de la inmgración masiva y de rescate de naúfragos resulta altamente sospechoso, y que los medios españoles no quieren saber nada de la inmigración masiva y de las consecuencias perversas de traer a miles de migrantes de países islámicos y de la negritud. Unas y otros parecen comportarse como complices y lacayos del Nuevo Orden Mundial. Pero esa es otra historia que también merece ser contada.