Sirve también de cafetín donde podemos degustar un fabuloso 'té moruno' acompañado de un buen porro o saborear una deliciosa 'harera' (pido perdón por no saber cómo se escribe).
Las paredes blancas dan pie a que los y las artistas manifiesten el arte que llevan dentro. Todo esto sólo a escasos 5 metros de la habitación de mi padre, que por supuesto no está aquí por gusto, y con el conocimiento de todos los trabajadores del Hospital, sin olvidar a la empresa que se encarga de la seguridad.
Los horarios de visitas, número de personas por habitación y acompañantes es para las personas normales. Para el resto no pasa nada: puede haber 8 en la habitación que no hay problema y cuando te quejas la respuesta que te dan es que 'no pueden hacer nada'. Os invito a que la montéis cuando os pongan pegas porque es lo único que funciona.
Así nos va... Indignante total.