- Una vez más y van..., vamos a vivir en directo y sin ambages otra muestra más de esto que nos gusta llamar "democracia" para sentirnos seguros, modernos, protegidos, en fin, esas cosas del gobierno del pueblo y para el pueblo que son mentira pero que creamos como ficción y así engañamos a la conciencia y por ende al personal.

Pongámonos en posición. 

Durante años, los bancos, esos que han sido rescatados con dinero suyo, perdón, esos que fueron ayudados con una línea de crédito en condiciones ventajosas (busquen el término eufemismo), esos bancos como digo, cobraron abusivamente cantidades que no les correspondían, aplicando una serie de cláusulas, que, han sido declaradas ilegales por un Tribunal Europeo. 

Como no queda más cojones que acatar lo que dice el Tribunal, que dicho sea de paso le ha dado un tortazo sin manos al Tribunal Supremo, el cual estableció la ilegalidad de dichas cláusulas solo a partir del 2013, y no desde que se crearon como ha dicho el Tribunal Europeo, he aquí que el Gobierno decide tomar cartas en el asunto para ayudar a sus sufridos ciudadanos en contra de los bancos( me sale un carcajada así a lo tonto...)

Claro, pensar que un gobierno liberal va a hacer algo que incomode a los bancos, y aquí meto también al psoe (tanto monta, monta tanto...) es como creer que el finiquito en diferido de Cospedal tiene lógica( y como fue una indennización, en forma, eh, oh, pa los anales...).

Siguiendo el razonamiento, la cuestión se resume así, si ven alguna otra versión les agradecería su opinión:

Si usted, banco, durante años me ha cobrado indebidamente, pongamos 6000 euros, pues usted, banco, para cumplir la ley, esa misma que tanto se jacta el gobierno de que debe cumplir Cataluña en el tema del referéndum, por ejemplo, debe devolverme 6000 euros.

Lo demás son todo mentiras, patrañas, falacias, hipocresías, falsas democracias, y cualquier otro adjetivo que sirva de sinónimo.

Imaginen que compran un jersey, y cuando van a devolverlo no le dan el dinero, le dan un vale para canjear por otro producto. No, mire usted, yo quiero el dinero de mi jersey.

Sentido común, ¿no?

Vale, pues prepárense para, primero, ver cómo se echan las culpas unos a otros por no ser de resolver el asunto de manera rápida y eficiente. Veremos a pp y psoe culpándose mutuamente.

Y cuando lo resuelvan, les pronostico que no obligarán a los bancos a devolver el dinero, algo se inventarán en forma de productos financieros, acciones, una quita de su hipoteca...,pero me llevaría una sorpresa muy grata y mayúscula si obligan al banco a dar el dinero cobrado de más, así, sin más. El tiempo da y quita razones y ojalá a mí me la quite.

¿Y saben ustedes por qué eso será así?

Porque vivimos una mentira, nuestro mundo, nuestro sistema se basa en una mentira consentida, muchos no lo ven (eligieron la pastilla azul), otros lo ven y no hacen nada, y otros no solo lo ven, sino que lo amparan y lo consienten para crear la ficción de que somos libres. Mentira.

Nunca, jamás, se irá contra el dinero, el dinero mueve el mundo, muchos ministros acabarán en consejos de administración, no les conviene morder esa mano, lo harán descaradamente (saben que los votan igual), o veladamente para dar apariencia de que les importan los ciudadanos. Mentira tras mentira. Si les importaran los ciudadanos no se moriría la gente de gripe, habría más camas en los hospitales o no harían recortes en sanidad. Mire usted, recorte en lo que quiera, como si España se queda sin tanques (nunca los vamos a utilizar), pero no hay nada más importante que la salud, nada. Cuando esté usted enfermo en un hospital sin médicos o en una lista de espera que dure meses o viendo a un familiar enfermo y sin la asistencia idónea acuérdese del caza bombarderos F18 jander clander de la pradera. 

Nota mental: de Trillo, de los 65 muertos y de lo que quieren nuestros gobiernos a sus soldados otro día ya si eso...

Y como eso todo, una gran mentira. Seguro que todavía hay pobres que defienden a los bancos, yo conozco a miles que votan a los que les mantienen en la miseria...

Seguimos.