Funcionarios de prisiones: chapeau

S.J. UVE


S. J.
Llevo más de tres años escribiendo y jamás hice referencia alguna al gremio al que pertenezco. 

Si lo hago ahora es porque ya me parece, dadas las circunstancias tan especiales por las que estamos pasando, tremendamente injusto el trato que por sistema estamos recibiendo.

Primero y antes que nada me gustaría decir que como funcionario, y me refiero a cualquier tipo de funcionario, me siento, desde un punto de vista económico, recalco, económico, un privilegiado por, con las circunstancias actuales, saber que a finales de mes voy a cobrar.

Ahora bien, desde hace un tiempo para aquí, años, y con independencia del gobierno de turno, siento y me llega un descrédito hacia los funcionarios de prisiones; no sé si es por la fama de "carceleros" o simplemente por trabajar con gente privada de libertad.

Primero, me parece injusto desde el punto de vista del acceso al cuerpo: Créanme, y sé lo que digo: no tiene nada que ver la profundidad del temario de nuestras oposiciones con otras a las que se les exige la misma titulación que a nosotros, nada, se lo aseguro.

Solo les pondré un ejemplo: ¿conocen alguna oposición para personas a las que se les exija bachillerato en la que hay que estudiarse el Código Penal entero? Con todos los delitos y sus correspondientes penas....

Les he puesto solo un ejemplo.

Bien, pues compartimos el mismo nivel que los demás; injusto. Opinión.

Segundo, y es el motivo por el que me animo a escribir el artículo: estamos en una situación extraordinaria, con un estado de alarma que está tocando el ánimo de todos, lógico. ¿Y a los internos? ¿Cómo les sienta todo esto?

Desde ayer no he parado de escuchar en los medios que hay un nuevo decreto que establece cuáles son los servicios esenciales que no se pueden suspender. ¿Referencias a los funcionarios de prisiones? Cero. Qué pena. 

Y les prometo que seguimos yendo a trabajar.

¿Por qué esa dejadez y desinterés hacia unos funcionarios que estamos trabajando con la única finalidad de salvaguardar los derechos de los internos?

Miren, intenten empatizar solo por un momento. Voy a dejar aparte que nos faltan medios para trabajar porque eso está ocurriendo a todos los niveles en España, sobre todo a los sanitarios.

Inciso: mi apoyo y todo mi ánimo hacia ellos, hacia los transportistas, panaderos, cuidadores, residencias de ancianos, policías, guardias civiles, ejército, dependientes, etc, etc, etc.

Sigo, traten de empatizar: imaginen un módulo con 150-200 internos en un patio, patio donde hay dos funcionarios....¿Cómo mantenemos el metro y medio de seguridad cuando hay que meterse para separar una pelea? 

Y sobre todo, ¿me dicen cómo guardamos la distancia cuando los agredidos somos nosotros?

Si me han leído algo durante este tiempo, sabrán que siempre he defendido que la maldad o la bondad de alguien no está en la profesión sino en la persona: hay buenos y malos en todos sitio. Bien, eso vale también para los internos, y no es fácil, créanme...

Trabajamos con unas personas a las que por motivos obvios de control de la circulación se les han restringido las comunicaciones; no pueden ver a sus familiares, con todo el bien que eso les hace, pero les prometo que los mayores perjudicados y los que más sentimos esto somos nosotros, los funcionarios. ¿Por qué? Porque los que tenemos que lidiar con esa frustración somos nosotros.

Desde aquí aprovecho para lanzarles un mensaje a los familiares de esos internos: si nos conocen un poco sabrán que nuestra principal preocupación son ellos, los internos. Estamos haciendo todo lo posible porque está situación se les haga lo más llevadero posible, no les quepa la menor duda.

Y luego un mensaje para la administración, sobre todo para el Ministerio del Interior: valoren nuestro trabajo, valórenlo porque no lo están haciendo.

Podrían empezar por nombrarnos agentes de la autoridad, y luego podrían dar más prestigio a nuestra profesión. No, no somos menos que otros cuerpos del Ministerio pero nos tratan peor, y lo saben.

Por último, quisiera darles todo mi reconocimiento y apoyo en general todos los funcionarios de prisiones de España por su labor, 

Y en particular a todos mis compañeros de Ceuta, chapeau.

Y muy, muy especialmente a mis compañeros de guardia; con independencia de todas nuestras opiniones e ideologías, cuando hay un problema somos como los mosqueteros: gracias, compañeros.

Salud para toda la población y mucho ánimo, saldremos de esto.