S. J.

En breve tendremos la cuarta entrega de Matrix. Cuando vi la primera parte, la segunda y la tercera no las vi pq me parecieron mediocres tirando a malas, me pareció una película fabulosa; y me lo pareció más allá de disquisiciones filosóficas o metafísicas. 

No fue hasta que un profesor de Antropología nos habló de que la "peli" era una parábola de la llegada de Cristo (el elegido, el Salvador, el que muere y resucita para salvar a la humanidad) que empecé a pensar más allá de la película en sí.

En resumidas cuentas, y si la han visto sabrán de que va, hablamos sobre realidades paralelas y sobre la posibilidad de elección que tiene el ser humano.

Decía Descartes que ¿cómo sabemos que lo que estamos viviendo en este momento, lo que usted siente y ve, no es un sueño? La pregunta da vértigo...

Platón, en el mito de la caverna, hacía alusión al prisionero que, de espaldas a la luz y de cara a la pared, ve las sombras de personas que lo intimidan y que le impiden salir, cuando esas sombras no son más que estatuas inertes que se reflejan sobre el interior de la caverna y que le impiden ver lo real...

En la pelicula, Matrix es una realidad oculta al hombre por unas máquinas que controlan al ser humano para robarle su energía pero que a su vez dicha realidad está tapada por la máquina para que el hombre no se rebele. De esa manera la máquina somete al hombre sin que éste se entere. 

Neo elige tomar la pastilla roja, o la azul, no me acuerdo, y es capaz de ver esa realidad, el resto de mortales, no: es el elegido.

Y he aquí, que veo un gran paralelismo entre el control que ejercen dichas máquinas y los poderes, ocultos pero que existen (para mí) que controlan nuestras vidas y no nos damos cuenta.

Dice mi amigo Fermín que el hombre tiene una capacidad absoluta de elección y que todo lo que le pasa es responsabilidad suya: discrepo en parte de esta opinión. Y para ello le pongo algún ejemplo:

1. ¿De verdad que el ser humano tiene la capacidad de decidir, por ejemplo, que quiere vivir sin teléfono móvil? Aparentemente la respuesta es sí, claro. Pero, ¿no existe un sistema (la máquina) que hace que esa elección esté supeditada por las necesidades que se crean para que el sistema deje fuera al que no lo utiliza? ¿Conocen a muchas personas que no tenga móvil? ¿Cómo vivir en un mundo donde las transferencias, los correos electrónicos, el pago de facturas, infinidad de aplicaciones, se hacen a través del móvil? ¿No llamamos perro verde al que decide vivir sin móvil?

2. ¿De verdad que usted ha elegido la opción de levantarse cada día de la semana para trabajar, aguantar a su jefe, llegar agotado a su casa, tener poca vida social con su mujer, para dar de comer a sus hijos? ¿No preferiría darles de comer y darles una buena vida sin trabajar? ¿Existe esa opción? Dirá usted que la pregunta es ridícula, pero eso no hará sino reforzar mi hipótesis: no hay elección, te la imponen.

3. ¿Por qué desde hace ya unas décadas hacia aquí los matrimonios o las parejas han pasado a tener una media de hijos en España que apenas sobrepasa el hijo de media? ¿De verdad que no quieren tener más hijos? ¿Han elegido libremente escoger esa opción? Si ganasen el doble de lo que ganan o si pagasen la mitad de lo que pagan, esogerían igual? ¿No será que la máquina ha decidido que para que hoy día un matrimonio viva bien tienen que trabajar los dos? ¿No será que la incorporación de la mujer al trabajo se ha vuelto una necesidad? Y ¿cuál es el precio que se paga por ello? ¿Hijos cada vez más solos y con problemas de afecto o cariño? ¿De verdad que la elección es absolutamente libre? ¿Elegimos libremente anteponer el factor económico en una relación al factor amor y contacto con tus hijos y tu pareja?

 Si en la clase de tu hijo todos los compañeros celebran sus cumples con caramelos y tartas, ¿eres realmente libre de decirle a tu hijo que él no llevara caramelos cuando sea su cumpleaños porque no te gustan esas cosas?

Resumiendo: ¿creemos de verdad que elegimos libremente? 

Yo opino que no, eligen las máquinas por nosotros. Nosotros elegimos entre opciones impuestas.