Hace unos días alguien escribió en Facebook acerca del fallecimiento de Carma Chacón, ya saben, antigua ministra de Defensa.

Me limite a escribir qué pena pero a la vez leí con perplejidad algunos comentarios.

Entre otros y para resumir, uno de ellos decía "me alegro". Otro algo así como "una indeseable menos. Y otro decía algo parecido a "su C.V. fue una mentira al igual que su vida".

Dando por hecho que imagino que la fallecida no les ha hecho nada personal a ninguno de estos tres entes..., me surgió la pregunta de por qué odiamos.

¿Qué le puede llevar a una persona, reitero, que no tiene cuentas pendientes con x, desear la muerte de x?

Ojo, hablamos no desearle una mala racha, desearle un estropicio económico, no, hablamos de desearle la muerte de otra persona.

Como no soy inmune a sentir odio y como no soy especial, me puse a pensar:¿ "le deseo yo la muerte a alguien, alguien que además no me ha hecho nada?

No, la respuesta es no, no se la deseo, pero sí reconozco que si ciertos personajes hubiesen sufrido un infarto repentino la especie humana hubiese ganado en bondad, pongamos a Pinochet como ejemplo.

Puestos que no le deseo la muerte a nadie, repito, que no me ha hecho nada directamente, seguí pensando.

 ¿Y un mal, le deseo un mal a alguien?

Sí. Y la pregunta surge: ¿por qué?

Por hablar de alguien que conozcamos todos. Si Messi sufre una lesión muscular grado 4 y no juega en tres meses yo no lo lamentaría, por utilizar un eufemismo. O sea, estaría encantado.

Pregunta: no me gusta ese sentimiento, pero me parece imposible cambiarlo. ¿Se puede cambiar? ¿Puedo entrenarlo?

Y no, este artículo no va sobre Messi, es solo el ejemplo. ¿Pero por qué le deseo un mal si no me ha hecho nada?

¿O quizás la premisa es falsa porque sí que me ha hecho cosas?

¿Es el odio un acto de defensa?

¿Conlleva una debilidad del alma?

¿Odiamos por frustración, envidia, dolor?

El problema es que el odio te ciega y te hace decir y hacer cosas que no pasan por el raciocinio. Ojo, igual que su contrario, el amor ciego. Ambos son contraproducentes.

Me indigna lo que leí en esos comentarios sobre la ex ministra,  pero ¿ no soy yo igual que ellos?

Necesito una charla prontito con mis amigos en la Venta del Pollo y celebrar un sanedrín al respecto. Aprendo mucho.

Y vosotros, ¿odiáis? O acaso habéis llegado a ese punto de no odiar a nadie que a mí me parece un escalón superior en el desarrollo personal.

¿Por qué odiáis?