No, este artículo en realidad no va sobre Álvaro Ojeda y el Real Madrid, ojalá fuese tan fàcil simplificar las cosas. Al final podrán adivinar sobre qué va este artículo.

Hablemos del señor Ojeda, paisano del que suscribe para más inri.  Muchas veces lo he visto en youtube insultando a diestro y siniestro, ojo, insultando en el término más extenso de la palabra, te caiga todo lo bien que te caiga, insultando.

Claro, cuando ves a este pseudo periodista, que en realidad es un insulto a la profesión, haciéndose fotos con Florentino Pérez celebrando la duodécima o en el vestuario del Madrid haciendo lo mismo, ya la cosa se vuelve graciosa.

A ver, analicemos: no soy del tipo de personas que cuidan mucho las formas, siempre he preferido los fondos; pero todo tiene un límite. He escuchado expresiones de este señor que atentan contra la decencia humana. Un tipo, que celebrando el título dice por ejemplo: "a mamarla el Barcelona, a mamarla Cataluña", y hace el gesto obsceno con su mano y boca de la citada felación, no me merece ningún respeto. Claro, el problema no es que el bufón intente hacer reír al público, sino que el público le ría las gracias...¿qué sociedad hemos creado?

El problema es que la gente simplifica y piensa: si este tipo odia al barca y yo soy del Madrid pues, jajajaja. Si este tipo aboga por el gibraltar español y yo soy de derechas, jajajaja. Si este tipo odia a Podemos y a mi no me gusta Podemos, jajaja. Si este tipo ama la semana santa y yo odio a los "laicos", jajaja, sin más capacidad de análisis y sin caer en las burradas que está diciendo.

Ante semejante simplicidad de pensamiento y poca profundidad de análisis, me encuentro gente preparada, culta, gente normal, riendo las gracias y compartiendo vídeos del paisano.

Claro, Ojeda no es la causa del problema, o sea, no es la causa de la sociedad que tenemos, sino que es la consecuencia. 

Soy madridista, más que Ojeda seguro, pero me niego a reírle las gracias a un maleducado con formas deplorables y en muchos casos machista y homófobo.

Creo tener la capacidad de separar pasión por el fútbol con fanatismo y tener la capacidad de pensar que lo que escucho es lamentable.

¿Han pensado ustedes que sería de personajes así si no existiesen las redes sociales?

Piqué, que no es santo de mi devoción, tiene todo el derecho del mundo a no sentirse español, faltaría más. Pepito tiene todo el derecho del mundo a criticar la semana santa si le apetece, faltaría más. Martita tiene todo el derecho del mundo a que le importe poco Gibraltar, faltaría más. Sesenta mil personas tienen derecho a pitarle al himno de España en la final de Copa, faltaría más. Eso, amiguitos, se llama libertad de pensamiento y no le hace daño a nadie. Eso, se llama libertad ideológica y no ofende a nadie. 

A mí, por ejemplo, me ofende muchísimo más, pero que muchísimo más, pagar 70 euros de luz en una casa que no se habita o que accionistas de banco pierdan todo su dinero.

No, no voy a reírle las gracias porque no me la hace, porque lo escucho y siento vergüenza o porque atenta contra valores importantes en mi escala de educación y respeto.

Pero incido, no, no es la causa, es la consecuencia.

Dije que este artículo no iba sobre Ojeda y el Madrid, ¿saben sobre qué va?