Imposible educar, batalla perdida

S.J. UVE


En un partido de fútbol de alevines, niños de entre 11 y 12 años, los padres de muchos de esos niños, no todos obviamente, insultan al árbitro, otro niño de 16 ó 17 años, con tales improperios que me da hasta vergüenza reproducirlos aquí, pero imaginen cosas como que se acordaban de su madre y sus gustos sexuales, de sus familiares muertos, de su pareja, en fin… Yo he visto eso en persona. Lógicamente los jugadores, niños, repito niños, están escuchando los insultos que semejantes individuos le sueltan al trencilla.

Seguimos: en otro partido, de infantiles esta vez, ya hombres hechos y derechos de 15, 16 años…tienen que soportar como, ahora, son los padres de los futbolistas del equipo contrario los que les insultan a ellos. Yo he visto eso en persona. Y ¿qué ocurre? No os lo vais a creer pero los padres de los niños insultados se encaran con los padres que insultan a sus hijos. Consecuencia: pelea entre los padres de los niños con sus hijos enzarzados también. Precioso.

Jugué al fútbol desde que tenía 13 años y mi padre, salvo rarísimas excepciones, nunca vino a verme jugar: sabia decisión. En aquel entonces no lo entendía. Llegué a pasar por varias categorías y hasta los 21,22 años no dejé de jugar. Podría contaros multitud de barbaridades, pero por citar una, en el año 1989 cuando jugaba en el Xerez B, fuimos a jugar a Los Barrios y saltaron a pegarnos; imaginad la situación, 2 guardias civiles, ya mayorcitos, para controlar a una turba enloquecida. Debimos suponerlo cuando al entrar en el vestuario a la llegada al campo, en la pizarra de dicho vestuario estaba escrito: “os vamos a matar”. Yo he visto eso en persona y tanto. Podéis comprobarlo tirando de hemeroteca, recuerdo incluso que salimos en las noticias de antena 3. Por cierto, en esa carrera hacia el vestuario cuando saltaron a pegarnos comprobé lo rápido que se puede ser cuando tu integridad corre peligro…

Una vez aquí ya en Ceuta, el que siga un poco el fútbol, sabrá que más de una vez se ha liado parda y ha habido peleas monumentales que han acabado en Comisaría. Claro, aquí y Jerez, Sevilla, Córdoba, La Coruña…toda España. Lo digo porque eso no lo he visto en persona aquí, solo lo he leído en prensa.

Ahora, matan a un hombre en los alrededores del Vicente Calderón tras quedar con otro grupo de radicales para pegarse, que digo yo, tiene que ser emocionantísimo quedar para pegarse, mola mogollón.

Y la gente se pregunta por qué pasan estas cosas y qué estamos haciendo mal, cómo es posible que estas cosas pasen… Lo de siempre, pura hipocresía, reflejo de la asquerosa sociedad en la que desgraciadamente vivimos.

La agresividad se refleja en estas actitudes pero eso es solo la punta del iceberg: la vecina que pone verde a la otra por regar las macetas y mancharle la ropa, el conductor que discute con otro en la calle y se bajan para pegarse, los niños en el colegio que sufren bullying y acoso por otros niños hasta amargarle la vida.

Me hago tantas preguntas al respecto que sería interminable, pero solo por citar algunas para intentar entender el asunto: ¿Qué se le pasa a un padre por la cabeza para insultar a un niño de 16, 17 años que hace de árbitro en un partido de fútbol de niños de 12 ó 13?

¿Qué se le pasa por la cabeza a un padre para insultar a un niño de 12, 13 años, jugador del equipo contrario a su hijo? ¿No piensa que el padre de dicho niño también puede estar viendo el partido?

¿No pueden las vecinas civilizadamente hablar sobre el tema de las macetitas y la ropa sin llegar a insultarse? ¿No tienen capacidad de raciocinio?

¿Y nos preguntamos por qué pasan estas cosas hoy día? Repito, pura hipocresía y reflejo de esta sociedad. Sociedad donde miles, millones de niños se pasan horas delante de un ordenador jugando a jueguecitos donde matar es guay y la violencia es brutal. Sociedad donde miles de niños aprenden de sus padres a insultar, injuriar, amenazar. Sociedad donde miles de niños se sientan delante de un televisor mientras sus padres ven programas basura donde escuchan que tal le ha puesto los cuernos a tal como tema más interesante. Sociedad donde miles de adultos se sientan delante de un televisor a ver programas como gran hermano o Gandia shore donde el sexo fácil, el lenguaje soez, las escenas asquerosas, las conversaciones grotescas se convierten en el paradigma de la comunicación a costa de mejorar audiencias. Sociedad que privilegia las películas agresivas, con escenas violentas, el machito guapo haciendo de eso, de machito guapo pero siendo el guay de la película e inculcando una serie de valores a los adolescentes totalmente indignantes. Sociedad donde las mujeres quieren ser delgadas, guapas, conocidas, populares y harán todo lo posible para conseguirlo, a costa incluso de su propia salud; consecuencia lógica de una sociedad machista que valora el físico por encima de cualquier otro valor. Fíjense en los programas de deportes en televisión con participación femenina, ¿alguna fea? Sociedad donde una presentadora de televisión española dice que una esquela la firma un tal D.E.P.

Mentira, todo una gran mentira, todo hipocresía, reflejo como decía de una sociedad enferma donde millones de personas se sientan a ver un cara a cara entre Matamoros y Patiño mientras que en otro canal entrevistan a un premio nobel y la gente no lo ve. Sociedad donde el best Seller es la princesa del pueblo por el simple hecho de casarse con un torero, ya está, esto es todo. Sociedad donde se le pagan millones de euros a auténticos cenutrios pero que según dicen es lo que la gente demanda, que es otra gran mentira por supuesto. Otro tipo de programación sería posible, pero entonces a lo mejor pensaríamos en cosas realmente importantes: paro, desahucios, corrupción y ya se sabe que a muchos no les interesa que la gente piense, no vaya a ser que les dé por activar las neuronas y convertirse en un elemento subversivo. Mejor lo seguimos drogando con conversaciones y discusiones de altura sobre las amistades de la Pantoja…

Imposible educar, batalla perdida.